I 1. Cuando resucitó de entre los muertos, Jesús
pasó once años hablando con sus discípulos.
2. Y les enseñaba hasta los lugares, no solamente de los primeros preceptos,
y hasta los lugares del primer misterio, del que está en el interior
de los velos, en el interior del primer precepto, que es él mismo el
veinticuatro misterio, sino que también las cosas que se hallan más
allá, en el segundo lugar del segundo misterio, que está antes
que todos los misterios.
3. Y Jesús dijo a sus discípulos: He venido de ese primer misterio,
que es el mismo que el último misterio, que es el veinticuatro.
4. Mas los discípulos no comprendían estas cosas, porque ninguno
de ellos había penetrado aquel misterio, que, sin embargo, consideraban
como la cumbre del universo y como la cabeza de todo lo que existe. Y pensaban
que era el fin de todos los fines, porque Jesús les había dicho,
con relación a ese misterio, que rodea el primer precepto, y los cinco
moldes, y la gran luz, y los cinco asistentes, e igualmente todo el tesoro
de la luz.
5. Y Jesús no había anunciado todavía a sus discípulos
toda la emanación de todas las regiones del gran invisible, y de los
tres triples poderes, y de los veinticuatro invisibles, y de sus regiones,
y de sus eones, y de sus rangos, todo según la manera como emanan aquellos
que son los mismos que los próbolos del gran invisible, y no les había
explicado sus nacimientos, y sus creaciones, y su vivificación, y sus
archones, y sus ángeles, y sus arcángeles, y sus decanos, y sus
satélites, y todas las moradas de sus esferas.
6. Jesús no había hablado a sus discípulos de toda la
emanación de los próbolos del tesoro de la luz, ni tampoco de
sus salvadores, según el orden de cada uno de ellos y el modo de su
existencia. Ne les había hablado del lugar de los tres amén que
están esparcidos en el espacio.
7. Y nos les había dicho de qué lugar brotan los cinco árboles,
ni los siete amén, que son los mismos que las siete voces, ni cuál
es su región según el modo de la emanación.
8. Y Jesús no había dicho a sus discípulos cuáles
son las regiones de los cinco asistentes, ni dónde están, ni
les había hablado de los cinco círculos, ni del primer precepto,
ni en qué sitio están.
9. Y solamente, hablando con sus discípulos, había revelado la
existencia de esos seres, pero no les había explicado su emanación
y el rango de su región, y ellos ignoraban que había otras regiones
dentro de ese misterio.
l0. Y no había dicho en qué lugar había salido hasta que
había entrado en ese misterio en el momento en que fue emanado, sino
que sólo les había dicho: Yo he salido de este misterio.
11. Y por eso pensaban ellos respecto a ese misterio que era el fin de todos
los fines y la cima del universo. Y Jesús dijo a sus discípulos:
Ese misterio envuelve todas las cosas que os he dicho desde el día que
he venido hasta el de hoy.
12. Y por eso los discípulos no pensaban que cupiese alguna otra cosa
en el interior de ese misterio.
13. Y ocurrió que estando los discípulos en el Monte Olivete
dijeron estas palabras, con gran alegría: Nosotros somos más
felices que ningún hombre, puesto que el Salvador nos lo ha revelado
todo, y habemos toda elevación y toda perfección.
14. Y, mientras hablaban así, Jesús estaba sentado un poco aparte.
Y ocurrió que el día quince de la luna del mes de têbêth,día
en que había plenilunio, el sol, alzándose en su carrera ordinaria,
emitió una luz incomparable.
15. Porque procedía de la luz de las luces, y vino sobre Jesús,
y lo rodeó completamente. Y estaba algo alejado de sus discípulos
y brillaba de un modo sin igual.
16. Y los discípulos no veían a Jesús, porque los cegaba
la luz que lo envolvía.
17. Y sólo veían los haces de luz. Y éstos no eran iguales
entre sí, y la luz no era igual, y se dirigía en varios sentidos,
de abajo arriba, y el resplandor de esta luz alcanzaba de la tierra a los cielos.
Y los discípulos, viendo aquella luz, sintieron gran turbación
y gran espanto.
18. Y ocurrió que un gran resplandor luminoso llegó sobre Jesús
y lo envolvió lentamente. Y Jesús se elevó en el espacio,
y los discípulos lo miraron hasta que subió al cielo, y todos
quedaron silenciosos.
19. Y esto pasó al decimoquinto día del mes de têbêth.
20. Y cuando Jesús hubo ascendido al cielo, después de la hora
de tercia, todas las fuerzas de los cielos se turbaron y se agitaron entre
sí, y todos los eones y todas las regiones, y sus órdenes, y
la tierra entera, y sus habitantes fueron estremecidos.
21. Y los discípulos y todos los hombres se amohinaron, y pensaron que
era posible que el mundo fuese a ser destruido.
22. Y todas las fuerzas del cielo no cejaban en su agitación y se agitaron
entre sí desde la hora de tercia de aquel día hasta la de nona
del siguiente. Y los ángeles y arcángeles, y todas las potencias
de las regiones superiores entonaban himnos, y todos oían sus cánticos,
que duraron hasta la hora nona del otro día.
23. Mas los discípulos estaban reunidos y llenos de terror. Y se espantaban
de lo que sucedía, y lloraban, diciendo: ¿Qué ocurrirá? ¿Destruirá el
Salvador todas las regiones?
24. Y hablando así vertían lágrimas, y a la hora de nona
del día siguiente, los cielos se abrieron y vieron descender a Jesús
en medio de un inmenso esplendor.
25. Y este esplendor no era igual, sino que se dividía de muchos modos,
y unos brillaban más que otros. Y había tres especies que brillaban
de diferente forma, y la segunda estaba sobre la primera, y la tercera era
superior a las demás. Y la primera era análoga a la que envolvió a
Jesús cuando ascendió al cielo.
26. Y cuando los discípulos vieron tal, quedaron llenos de espanto.
Y Jesús, misericordioso y dulce, les habló y dijo: Tranquilizaos
y no temáis nada.
27. Y oyendo los discípulos estas palabras, dijeron: Señor, si
tú quitas de ti esa luz deslumbrante, podremos seguir aquí. De
otro modo, nuestros ojos cegarán y por esa luz nosotros y el mundo entero
estamos turbados.
28. Y Jesús hizo desaparecer aquella luz, y los discípulos, tranquilizados,
fueron hacia él, y prosternándose unánimemente, lo adoraron,
diciendo: Maestro, ¿adónde has ido? ¿A qué te han
llamado? ¿Y de dónde proceden todas estas perturbaciones?
29. Y Jesús, todo misericordia, les dijo: Regocijaos, porque, a partir
de este momento, yo os hablaré con toda claridad, desde el principio
de la verdad hasta su fin, y sin parábola.
30. No os ocultaré nada respecto a las cosas que pertenecen a las regiones
superiores, y a las regiones de la verdad. Porque me lo ha autorizado el Inefable,
por el primer misterio de los misterios, para que yo os hable desde el principio
hasta la consumación, y desde las cosas interiores a las exteriores,
y viceversa. Escuchad y os diré todas estas cosas.
31. Ocurrió que, estando yo sentado algo lejos de vosotros en el Monte
Olivete, meditaba sobre la misión para la que he sido enviado, que está cumplida,
y sobre el último misterio, que es el mismo que el veinticuatro misterio,
desde las cosas interiores hasta las exteriores, y en que todavía no
me había sido enviado un vestimento. Y estas cosas son en el segundo
puesto del primer misterio.
32. Y sucedió que, cuando yo comprendía que el fin del misterio
para el que he venido estaba cumplido ya, y que el misterio no me había
aún enviado mi veste, reflexionando sobre esto, en el Huerto de los
Olivos, cerca de vosotros, el sol se levantó a los lugares en que lo
ha colocado el primer misterio que lo ha creado, y, según la orden del
primer misterio, mi veste de luz me fue enviada, la cual me había sido
dada desde el principio, y yo me puse en el último misterio, que es
el veinticuatro misterio, a contar desde los que están en el segundo
lugar del primer misterio.
33. Y esta veste yo la he puesto en el último misterio, hasta cumplir
el tiempo en que debía empezar a predicar a la humanidad y a revelar
todas las cosas desde el principio de la verdad hasta su fin, hablando desde
lo interior de lo interior hasta lo exterior de lo exterior.
34. Regocijaos, pues, y sentid gozo, puesto que os ha sido otorgado que os
hable desde el principio hasta el fin de la verdad. Y os he elegido desde el
principio por el primer misterio.
35. Regocijaos, porque, al descender en el mundo, conduzco desde el comienzo
doce fuerzas, que he tomado de los doce salvadores del tesoro de la luz, según
el mandato del primer misterio. Y las he arrojado en el seno de vuestras madres
y con las que hoy están en nuestro cuerpo.
36. Y estas fuerzas me han sido otorgadas por encima de todo el mundo, porque
vosotros debéis salvar al mundo entero, y para ello es preciso que podáis
sufrir las amenazas de los señores del mundo, y los peligros del mundo,
y sus penas, y sus persecuciones.
37. Os he dicho que la fuerza que está depositada en vosotros la he
extraído de los doce salvadores que están en el tesoro de la
luz. Y por eso os he dicho desde el principio que vosotros no sois de este
mundo, ni yo tampoco lo soy.
38. Y los hombres que son del mundo han tomado las almas de los archones de
los eones. Pero la fuerza que está en vosotros viene de mí y
pertenece a las regiones superiores. Yo he conducido a los doce salvadores
del tesoro de la luz, de los que he tomado una parte de mi fuerza.
39. Y cuando he venido al mundo, he venido entre los angeles de las esferas,
semejante a Gabriel, el ángel de los eones, y los archones de los eones
no me han conocido, sino que creían que era el ángel Gabriel.
40. Y ocurrió que cuando estuve entre los jefes de los eones, miré desde
arriba el mundo de los hombres, según el mandato del primer misterio,
y hallé a Isabel, madre de Juan el Bautista, antes que lo hubiese concebido.
41. Y puse en ella la fuerza que había recibido del pequeño Iâo,
el bueno, que está en el centro, para que pudiese predicar, antes que
yo, y preparar mis caminos, y para que bautizase con el agua de remisión
de los pecados.
42. Y en el sitio de un archon destinado a recibirlos, encontré el alma
del profeta Elías en la esfera de los eones, y recibí su alma,
y la llevé a la Virgen, hija de la luz, y ella la dio a sus herederos,
que la llevaron al seno de Isabel.
43. La fuerza de Iâo, aquel que está en el medio, y el alma de
Elías, el profeta, han sido unidas en el cuerpo de Juan el Bautista.
44. Y porque dudasteis cuando yo os dije que Juan había declarado ser
el Cristo él, vosotros contestasteis que estaba en la Escritura que,
si el Cristo venía, Elías vendría con él, y le
prepararía los caminos.
45. Mas, al hablarme así, yo os contesté: Elías ha venido,
y lo ha preparado todo, como está escrito.
46. Y como vi que no comprendíais que el alma de Elías estaba
en Juan el Bautista, os hablé en parábola.
II 1. Y Jesús siguió hablando, y dijo: Y según
el mandato del primer misterio, miré desde arriba el mundo
de los hombres y hallé a María, que es llamada mi
madre carnal, y le hablé en figura de Gabriel.
2. Y cuando ella se elevó hacia mí, yo puse en ella la primera
fuerza, que he recibido de Barbelón, es decir, el cuerpo que viene de
las regiones superiores.
3. Y en el sitio del alma puse en ella la fuerza que he recibido del gran Sabach,
el bueno, que está en el hemisferio de la derecha. Y las doce fuerzas
de los doce salvadores del tesoro de la luz que yo he recibido de los doce
diáconos que están en el centro, y la llevé a la esfera
de los archones.
4. Y los decanos de los archones y sus satélites creyeron que eran las
almas de los archones, y las llevaron a los satélites, y yo las puse
en el cuerpo de vuestras madres.
5. Y cuando se cumplió el tiempo, os parieron, y en vosotros no había
nada del alma de los archones.
6. Y cuando Jesús hubo dicho todas estas cosas a sus discípulos
en el Monte Olivete, continuó instruyéndolos.
7. Y dijo: Regocijaos y que la alegría descienda sobre vuestra alegría.
8. Porque los tiempos se han cumplido, y yo me vestiré con el ropaje
que me ha sido preparado desde el principio, y que he puesto en el último
misterio hasta el tiempo de su perfección.
9. Mas su tiempo no se había cumplido, y ya no podía hablaros
de la verdad desde su principio hasta su fin, como ha de ser para que el mundo
sea salvado por vosotros.
10. Regocijaos, pues, oh dichosos entre todos los hombres, porque habéis
de salvar al mundo.
11. Y cuando Jesús hubo concluido de hablar así, dijo: He aquí que
recibo mi vestidura, y que toda ciencia me es dada por el primer misterio.
12. Esperad un poco, y yo os revelaré todo misterio y toda pleroma,
y nada os ocultaré a partir de hoy.
13. Mas en la perfección, yo os instruiré de toda perfección
y de todos los misterios que son en sí mismos el fin de todos los fines
y la gnosis de todas las gnosis, que hay en mi vestidura.
14. Y os explicaré todos los misterios, desde el interior de los interiores
hasta el exterior de los exteriores.
15. Escuchad, pues, y oíd todas las cosas que me han sucedido.
16. Y ocurrió que cuando el sol se levantó en Oriente, descendió una
gran potencia de la luz, y en la que venía mi investidura, que yo he
puesto en el veinticuatro misterio, según os he explicado.
17. Y encontré el misterio de mi investidura, escrito en las cinco palabras
que pertenecen a las regiones superiores, y que son: Zama, zama, òza
ráchama òzai.
18. Y su explicación es ésta: El misterio que está fuera
del mundo y que es causa de que el mundo haya sido hecho es toda la agresión
y toda la elevación, proyecta todas las emanaciones y está en
todas ellas.
19. Y he venido a nos, para que nos nos asociemos contigo, nos enteros estamos
contigo. Y nos somos uno e idéntico, y tú eres uno e idéntico.
20. Y éste es el primer misterio hecho desde el principio, y que es
inefable ante la emanación. Y todos nosotros somos su nombre.
21. Y nosotros, pues, vivimos enteramente para ti, en el último límite,
que es lo mismo que el último misterio desde lo interior.
22. Y te hemos enviado tu investidura, que es tuya desde que en el principio
la situaste hasta el último límite, y hasta que su tiempo se
cumplió, según disposición del primer misterio.
23. Y habiéndose cumplido el tiempo, te la daré.
24. Ven a nos, para que seamos en ti, para que te revistamos del primer misterio
y de toda su gloria, según mandato del que nos ha dado el primer misterio.
25. Porque tú eres nuestro predecesor y has sido hecho antes que nosotros.
26. Reviste tu investidura y ven a nos, que necesitamos de ti.
27. Para que revistamos con ella hasta que el tiempo marcado por el Inefable
se haya cumplido.
28. Y el tiempo se ha cumplido ya. Ven, pues, a nos para que te revistamos
hasta que cumplas todo el ministerio de la perfección del primer misterio
determinado por el Inefable.
29. Ven a nos y deja el mundo. Y recibirás toda tu gloria, que es la
gloria del primer misterio.
30. Y, cuando reconocí el misterio de esas palabras en la investidura
que Él me había enviado, me revestí de ella, y me convertí en
una luz inmensa, y volé a las regiones superiores, y llegué a
las puertas del firmamento transformado en claridad incomparable.
III 1. Y todas las puertas del firmamento se abrieron ante mí.
2. Y subí a la primera esfera, y brillé con una luz inmensísima,
cincuenta y nueve veces mayor que aquella con que destellé en el firmamento.
3. Y cuando llegué a las puertas de la primera esfera, todas se abrieron
a la vez por sí solas.
4. Y cuando entré en el círculo de las esferas emanando una luz
infinita, todos los archones fueron en turbación viendo el esplendor
que me pertenecía.
5. Y mirando mi ropaje, vieron el misterio de su nombre, y su turbación
aumentó.
6. Y tuvieron gran espanto y dijeron: ¿Qué cambio nos ha producido
el señor del firmamento?
7. Y todas sus filas y sus lazos se rompieron.
8. Y cada uno se detuvo en su fila, y me adoraron a mí y a mi investidura,
y cantaron himnos del interior de los interiores, con gran temor y desconcierto.
9. Y fui a las puertas de la segunda esfera, que es el Heimarméné y
sus puertas se abrieron por sí mismas.
10. Y entré en el ámbito de Heimarméné, rodeado
de una luz formidable, y no había ningún género de luz
que no fuese en mí.
11. Y la luz era cuarenta y nueve veces más grande allí que en
la primera esfera.
12. Y todos los archones de la segunda esfera cayeron, en su turbación,
unos sobre otros, llenos de espanto ante la luz que me pertenecía.
13. Y viendo en mi vestidura el misterio de su nombre, quedaron desconcertados,
y se preguntaban: ¿Cómo es que el Señor nos ha cambiado,
sin saberlo nosotros?
14. Y los lazos de sus lazos, y de sus filas, y de sus cimientos, fueron rotos.
15. Y cada uno se detuvo en su puesto y, prosternándose ante mí y
ante mi veste, me adoraron.
16. Y cantaron un himno desde el interior de los interiores, y estaban llenos
de temor y de turbación.
17. Y, dejando aquel lugar, subiendo hacia los grandes archones de los eones,
llegué a sus velos y a sus puertas, entre una claridad inmensa, y no
había especie de luz que no fuese en mí.
18. Y cuando llegué a los doce eones, sus puertas se conmovieron, y
sus velos se plegaron por sí mismos, y sus puertas se abrieron a la
vez.
19. Y entré entre los eones destellando un resplandor inmenso, en que
ningún género de luz faltaba, y este resplandor era cuarenta
y nueve veces más grande que en el Heimarméné.
20. Y sus ángeles, y sus eones, y sus arcángeles, y sus archones,
y sus dioses, y sus señores, y sus fuerzas, y sus luminarias, y sus
antepasados, y sus triples poderes, vieron que yo era luz infinita, al que
ninguna especie de luz es ajena.
21. Y se desconcertaron, y un gran pavor los dominó cuando vieron la
luz deslumbrante que había en mi.
22. Y su pavor y turbación llegaron hasta las regiones del Gran Maestro
de los cielos, y de los tres grandes triples poderes.
23. Y por su gran espanto, el Gran Maestro y los tres grandes triples poderes,
corrían de un lado para otro, y no pudieron cerrar sus regiones, a causa
del gran temor que experimentaban.
24. Y reunieron todos sus eones, y todas sus esferas, y todos sus súbditos,
espantados por el gran resplandor que veían en mí.
25. Porque el mundo no hubiera podido soportar la luz que había en mí entre
los eones, y se hubiera disuelto.
26. Y yo brillaba allí con una luz ocho mil setecientas veces mayor
que la que fue conmigo cuando yo estaba en el mundo con vosotros.
27. Y cuantos había en el círculo de los doce eones se aturdieron,
viendo la luz que me envolvía, y corrían de un lado para otro.
Y todas sus regiones, y sus cielos, y sus mundos, se conmovieron, porque no
conocían el misterio que se había cumplido.
28. Y Adamas, el gran tirano, y todos los tiranos que están en los eones
comenzaron a combatir contra la luz.
29. Y no pudieron ver lo que combatían, porque no veían nada
más que una luz muy brillante.
30. Y cuando combatían contra la luz, sucumbieron todos y, cayendo sin
fuerza, quedaron sin aliento, como los habitantes de la tierra al morir.
31. Y yo les arrebaté la tercera parte de su fuerza, para que no pudieran
persistir en sus malos actos, ni los hombres de la tierra los invocasen en
sus misterios revelados por los ángeles pecadores, y que constituyen
la magia.
32. Y así, si los hombres los invocasen con fines perversos, no podran
ejecutar malas acciones.
33. Y troqué los Heimarménés y las esferas que son sus
soberanas. Y las volví durante seis meses a la izquierda y seis meses
a la derecha, ejerciendo sus influencias, según el mandato del primer
precepto y según el mandato del primer misterio.
34. Y Iâo, el guardián de la luz, las había colocado mirando
siempre a la izquierda, y ejerciendo así sus influjos y sus funciones.
35. Y he aquí que cuando yo llegaba a sus regiones, fueron rebeldes
y se mostraron hostiles a la luz.
36. Y por eso les quité la tercera parte de su fuerza, para que no pudiesen
ejercer sus prácticas malévolas.
37. Y cambié los Heimarménés y las esferas, poniéndolas
a la derecha seis meses para ejercer sus influjos, y seis meses a la izquierda.
IV 1. Y cuando el Salvador hubo hablado así, dijo: Aquel
que tenga oídos para oír oiga.
2. Y cuando María oyó las frases del Salvador, miró al
espacio durante una hora.
3. Y dijo: Señor, permíteme hablar con sinceridad.
4. Y Jesús misericordioso contestó a María: Eres dichosa,
María, y yo te instruiré de todos los misterios concernientes
a las regiones superiores.
5. Habla con sinceridad, tú, cuyo corazón está más
enderezado que el de todos tus hermanos hacia el reino de los cielos.
6. Y María dijo al Salvador: Señor, tú has dicho: Oiga
quien tenga oídos para oír, para que entendamos las palabras
que nos has dicho.
7. Escúchame, Señor: Tú has dicho: Arrebaté la
tercera parte de todos los archones de los eones, y cambié los Heimarniénés,
y las esferas que son sus soberanas, para que, si la raza de los hombres que
están en el mundo las Invocase en los misterios que los ángeles
pecadores les han enseñado para ejercer malos actos en los misterios
de su magia, no pudiesen desde entonces ejercerlos.
8. Puesto que tú les has arrebatado su fuerza, aquellos que muestran
a los hombres las cosas que están en el porvenir no tendrán,
desde ahora, la facultad de adivinar lo venidero, porque tú has cambiado
sus esferas y las has hecho ejercer su influjo seis meses a la derecha y seis
a la izquierda.
9. De tus palabras, Señor, ha hablado la fuerza que residía en
Isaías el profeta, y que dijo en parábolas, al hablar de Egipto: ¿Dónde
están, oh Egipto, tus adivinos y tus intérpretes y tus evocadores?
La fuerza que había en Isaías, el profeta, ha profetizado, antes
que tú vinieses, que tú quitarías su fuerza a los archones
de los eones, y que cambiarías sus Heimarménés y todas
sus esferas.
10. Y cuando el profeta dijo: No sabéis lo que hará el Señor,
significaba que ninguno de los archones sabía lo que tú efectuarías
ahora, y lo que dijo Isaías de Egipto debe entenderse también
de la materia sin eficacia.
11. E Isaías hablaba de la fuerza que hay hoy en tu cuerpo material,
y que tú has tomado de Sabaoth, el bueno, que está en el hemisferio
de la derecha.
12. Y por eso, Señor Jesús, nos has dicho: Quien tenga oídos
oiga, porque tú sabes si el corazón de cada uno aspira ardientemente
hacia el reino de los cielos.
13. Y cuando María dejó de hablar, dijo el Salvador: María,
dichosa tú eres entre todas las mujeres de la tierra, porque tú serás
el pleroma de todos los pleromas y el fin de todos los fines.
14. Y oyendo hablar así María a Jesús, sintió júbilo
extremo, y se arrodilló y adoró sus pies.
15. Y dijo: Señor, óyeme, y permite que te interrogue respecto
a las palabras que has dicho acerca de las regiones en que has estado.
16. Y Jesús contestó a María, y dijo: Habla con franqueza
y no temas, que yo te revelaré cuanto me preguntes.
17. Y ella dijo: Señor, los hombres que saben los misterios de la magia
de los archones de los eones y la magia de los archones de la Heimarméné y
la de los de la esfera, según los ángeles malos les han enseñado,
y los invocan en sus misterios, que son su magia, para impedir las buenas acciones, ¿podrán
ahora cumplir sus designios o no?
18. Y Jesús, contestando a María, dijo: No los cumplirán
como los cumplían desde el principio, cuando yo les quité la
tercera parte de su fuerza. Pero lo harán quienes conocen los misterios
de la magia del tercer eon.
19. Y cuando Jesús dijo estas palabras, Maria se levantó y dijo:
Señor, los adivinos, y los astrólogos, ¿mostrarán
desde ahora a los hombres las cosas futuras?
20. Y Jesús contestó a María: Silos astrólogos
observan las Heimarménés y las esferas cuando estén vueltas
a la izquierda, según su primera emanación, sus palabras se cumplirán
y dirán lo que ha de ocurrir.
21. Pero si se observan las Heimarménés y las esferas cuando
estén vueltas a la derecha, no dirán nada verdadero.
22. Porque sus influencias estarán trocadas, así como sus cuatro ángulos,
y sus tres ángulos, y sus ocho figuras.
23. Porque desde el principio sus cuatro ángulos, y sus tres ángulos
y sus ocho figuras estaban vueltos hacia la izquierda Pero yo los cambiaré,
haciendo que se vuelvan seis meses a la izquierda y seis a la derecha.
24. Y el que haya encontrado su orden desde que yo los cambié, disponiendo
que seis meses miren a la izquierda y seis a la derecha; quien los haya observado
de esta manera, sabrá exactamente sus influjos y anunciará cuantas
cosas harán.
25. E igual será para los adivinos, si invocan el nombre de los archones
cuando sus influencias, vueltas hacia la izquierda, se les manifiesten.
26. Y asimismo con todas las cosas sobre las que interroguen a los decanos.
27. Mas si los adivinos invocan sus nombres cuando tienen la faz hacia la derecha,
no comprenderán nada, pues no estarán en la prístina posición
en que Iâo los ha colocado, y tendrán un gran desconcierto al
no conocer sus tres ángulos, ni sus cuatro ángulos, ni sus ocho
figuras.
V 1. Y mientras Jesús pronunciaba estas palabras, Felipe
estaba sentado, escribiendo todo lo que Jesús decía.
2. Y al concluir, se adelantó y, prosternándose, adoró los
pies de Jesús, diciendo: Señor y Salvador mío, permíteme
hablar, para que te interrogue sobre lo que nos has dicho acerca de las regiones
en que has estado en virtud de tu misión.
3. Y el Salvador, misericordioso, contestó a Felipe, y dijo: Tienes
permiso. Di lo que quieras.
4. Y Felipe replicó a Jesús: Señor, tú has cambiado
el modo de ser de los archones, y los eones, y de sus Heimarménés,
y esferas, y de todas sus regiones, y los has desconcertado en su camino y
extraviado en su ruta. ¿Has hecho esto para la salvación del
mundo, o no?
5. Y Jesús contestó a Felipe y a sus discípulos: Yo he
cambiado su ruta por salvar todas las almas.
6. Porque en verdad os lo digo: De no haberlos desviado, ellos hubieran perdido
muchas almas.
7. Y hubiera pasado mucho tiempo antes de que los archones de los eones, y
los archones de Heimarméné, y de la esfera, y todas sus regiones,
y sus cielos, y sus eones, hubieren sido destruidos.
8. Y las almas hubieran pasado mucho tiempo fuera de ese lugar, y el número
de las almas de justos que fueran puestas por el misterio en posesión
de las regiones superiores y en tesoro de la luz hubieran dejado de llenarse.
9. Y por eso he desviado su camino, para que fuesen perturbados, y perdiesen
la fuerza que forma la materia de su mundo, para que los que han de salvarse
sean prontamente purificados y llevados a las regiones superiores, y para que
los que no deban salvarse sean destruidos.
10. Y cuando Jesús hubo dicho estas palabras a sus discípulos,
María, la dichosa y de buen lenguaje, se adelantó, y se prosternó a
los pies de Jesús, diciendo: Señor, perdóname si te hablo,
y no te enojes contra mí por lo mucho que te interrogo.
11. Y el Salvador, en su misericordia, dijo a María: Di lo que quieras
y te contestaré con claridad.
12. Y María respondió a Jesús: Señor, ¿cómo
se detendrán las almas fuera de ese lugar y cómo serán
rápidamente purificadas?
13. Y el Salvador contestó a María: María, tú buscas
la verdad en todas tus preguntas, que son razonadas, y llevas la luz a todo
con tu celo.
14. Desde ahora no os ocultaré nada, mas os revelaré todo con
esmero y con claridad. Escúchame, María, y vosotros, discípulos,
recoged mi palabra.
VI 1. Antes que yo divulgase mi misión a los archones de
los eones, y a los archones de la Heimarméné, y de
las esferas, estaban todos ellos ligados a sus cadenas, y a sus
esferas, y a sus sellos, según el orden en que Iáo,
el guardián de la luz, los situó desde el comienzo.
2. Y cada uno estaba en su puesto y hacía su camino según la
forma que le trató Iâo, el guardián de la luz.
3. Y cuando llegó el tiempo de Melquisedec, el gran heredero de la luz,
llegó al medio de todos los archones y todos los eones, y les quitó la
luz pura a todos los eones y archones de la Heimarméné y de las
esferas.
4. Porque les quitó lo que los había turbado. Y excitó la
vigilancia que hay sobre ellos, y les quitó la fuerza que había
en ellos, y las lágrimas de sus ojos, y el sudor de sus cuerpos.
5. Y Melquirededo, el heredero de la luz, purificó estas fuerzas, para
llevar su luz al tesoro de la luz.
6. Y los satélites de los archones recogieron toda su materia, y los
satélites de los archones de las Heimarménés, y los satélites
de todas las esferas que están debajo de los archones la recibieron
para hacer las almas de los hombres, y de los rebaños, y de los reptiles,
y de las bestias, y de los pájaros, y enviarla al mundo de los hombres.
7. Y las potencias del sol y las potencias de la luna, cuando miraron al cielo
y vieron los sitios de los caminos de los eones y de las Heimarménés
y de las esferas, vieron que la luz les había sido quitada.
8. Y tomando la luz pura y los residuos de la materia, la acarrearon a la esfera
que hay debajo de los eones, para hacer las almas de los hombres, y para hacer
los reptiles, y las bestias de carga, y los animales, y los pájaros,
siguiendo el círculo de los archones de esta esfera, y siguiendo las
figuras de su conversión, para echarlas en el mundo de los hombres,
y convertirlas en almas de este lugar, según el modo que os he dicho.
9. Y esto hacían con perseverancia, antes que su fuerza no fuese disminuida
ni debilitada, y quedaran débiles e impotentes.
10. Y cuando quedaron impotentes y su fuerza hubo cesado, y quedaron debilitados
en su fuerza, y la luz que había en su región cesó, y
su reino fue disuelto, he aquí que una vez que hubieron conocido por
un tiempo estas cosas, Melquisedec, el heredero de la luz, vino de nuevo para
entrar en medio de todos los archones de los eones y de todos los archones
de la Heimarméné y de las esferas, y los conturbó, y los
oprimió para arrancarles su fuerza, y el aliento de su boca y el sudor
de sus cuerpos.
11. Y Melquisedec, el heredero de la luz, los purificó de un modo que
efectuó con perseverancia, y llevó su luz al tesoro de la luz.
12. Y cuando yo vine para ascender al ministerio a que he sido llamado por· orden
del primer misterio, subía en medio de los doce archones de los eones,
revestido de mi investidura.
13. Y yo resplandecía con una luz inmensa, y no había especie
de luz que no estuviera en mí.
14. Y cuando todos los tiranos, el gran Adamas y los tiranos de los doce eones,
se esforzaron en combatir con la luz de mi investidura, querían tener
su posesión para permanecer en sus reinos.
15. Y lo hacían ignorando a quién combatían. Y cuando
combatían con la luz, yo, siguiendo la orden del primer misterio, troqué sus
caminos y las armas de sus eones, y las sendas de sus Heimarménés,
y las vías de su esfera.
16. Y las puse seis meses mirando los tres ángulos de la izquierda,
y los cuatro ángulos y las cosas que están en su región,
y sus ocho figuras, según la forma en que estaban desde el comienzo.
Y cambié su conversión y su dirección.
17. Mas cuando les quité la tercera parte de sus fuerzas cambié las
esferas, a fin de que mirasen un tiempo a la derecha y otro a la izquierda.
18. Y cambié su curso, y toda su vía, y aceleré la vía
de su curso, para que fuesen purificados rápidamente, y abrevié su
círculo e hice ligera su vía.
19. Y se apresuraron mucho, y fueron excitados en su vía, y no pudieron,
desde entonces, devorar la materia de su pura luz.
20. Y abrevié su tiempo y su duración, para que el número
de las almas justas que recibiesen los misterios y entrasen en el tesoro de
la luz se cumpliese pronto.
21. Si yo no hubiese abreviado su tiempo, ni cambiado su curso, ellos no habrían
dejado a ningún alma venir al mundo, por la materia de su residuo, que
hubiesen devorado.
22. Y una multitud de almas se habrían perdido. Y por eso yo he dicho:
He abreviado el tiempo pensando en mis elegidos.
23. De otro modo, ningún alma hubiera podido salvarse. Y he abreviado
los tiempos por las almas justas que han de recibir los misterios, y que son
las almas de los elegidos.
24. Y si no hubiese abreviado su tiempo, ningún alma material habría
podido salvarse.
25. Sino que habrían sido consumidas en el fuego que está en
la causa de los archones.
26. Y estas son las cosas sobre las cuales me has preguntado.
VII 1. Y cuando Jesús hubo hablado así a sus discípulos,
todos se prosternaron a la vez, y lo adoraron, diciendo: Nosotros,
tus discípulos, hemos sido elevados sobre todos los hombres,
por la grandeza de las cosas que nos estás diciendo.
2. Y Jesús siguió hablando, y dijo a sus discípulos: Oíd
lo que me ocurrió con los archones de los doce eones, y con todos sus
archones, y sus maestros, y sus dignidades, y sus ángeles, y sus arcángeles.
3. Cuando vieron la brillante vestidura que había sobre mí, y
cada uno vio el misterio de su nombre en la vestidura brillante de que yo iba
cubierto, todos se prosternaron unánimemente, adorando mi brillante
investidura, y diciendo: El Señor del universo nos ha cambiado.
4. Y cantaron a coro un cántico desde el interior de los interiores,
y todas sus triples potencias, y sus antepasados, y sus ángeles, y sus
fuerzas engendradas de sí mismos, y sus virtudes, y sus dioses, y todos
sus magnates.
5. Y vieron a los guardianes de sus regiones, al perder parte de su fuerza,
caer en una gran debilidad, y tuvieron gran miedo ellos mismos.
6. Y descubriendo el misterio de su nombre en mi envoltura, se apresuraron
a venir a adorarlo, y no pudieron por la suma luz que había conmigo.
7. Y alejándose un poco, lo adoraron. Y adoraron la luz de mí investidura,
y todos cantaban un himno del interior de los interiores.
8. Y sucedió que cuando los guardianes que hay al lado de los archones
vieron todas estas cosas, cayeron en el abatimiento y se desplomaron fuera
de sus regiones.
9. Y quedaron como los habitantes del mundo cuando son heridos de muerte, y
no alentaban, y estaban del mismo modo que cuando yo les arrebaté su
fuerza.
10. Y he aquí que cuando yo me alejaba de estos eones, cada uno de los
que están en los doce eones fueron restituidos a sus sitios, y cometieron
acciones malas, según el modo en que yo los había dispuesto.
11. Porque pasan seis meses vueltos hacia la izquierda, cometiendo hechos generosos
en sus tres ángulos, y en sus cuatro ángulos, y en los que están
en su región.
12. Y otros seis meses mirando a la derecha, y hacia sus tres ángulos,
y hacia sus cuatro ángulos, y hacia los que pertenecen a su región.
13. Y éste es el modo como irán aquellos que están en
el Heimarméné y en las esferas.
14. Y ocurrió que subí muy luego a las regiones superiores, hacia
los velos de la trecena región de los eones.
15. Y cuando llegué ante sus velos, éstos se abrieron delante
de mí.
16. Y entré a la trecena región de los eones, y encontré sola
a la Sabiduría fiel, sin que ninguno de los eones estuviese cerca de
ella.
17. Y estaba bajo la decimotercera región de los eones, y sentados,
y lloraba porque no la habían conducido a la decimotercera región,
que es su lugar en las regiones superiores.
18. Y se afligía por los sufrimientos que le había causado el
orgullo de uno de los tres triples poderes. Y cuando yo os hable de la emanación,
os diré el misterio de su creación.
19. Y cuando me vio la Sabiduría fiel, y contemplé la luz que
me rodeaba, y en la que no faltaba ninguna especie de luz, sufrió una
gran turbación.
20. Y mirando la luz de mi vestidura, vio el misterio de mi nombre trazado
sobre mi vestidura, y todo el esplendor de su misterio como lo había
sido desde el principio en las regiones superiores y en la trece región
de los eones.
21. Y dirigió un himno a la luz que había en las regiones superiores,
que ella vio en los velos del tesoro de la luz.
22. Y cuando Jesús hubo dicho estas cosas a sus discípulos, María
se adelanté, y dijo: Señor, yo te he oído decir que la
divina Sabiduría estaba también en los veinticuatro próbolos,
pero no estaba en su región, porque tú has dicho: Yo la encontré debajo
de la decimotercera región de los eones.
23. Y Jesús, contestando, dijo a sus discípulos: La fiel Sabiduría
estaba en la trecena región de los eones, donde están todas sus
hermanas invisibles, que son, ellas mismas, los veinticuatro próbolos
del gran invisible.
24. Y ocurrió que por orden del primer misterio, la Sabiduría
divina miró a lo alto y vio las alas del tesoro de la luz.
25. Y deseé ir a aquella región, pero no pudo llegar. Y dejó de
efectuar el misterio de la trecena región de los eones, y dirigió un
himno a la luz de las regiones inferiores, que está en la luz de las
alas del tesoro de la luz.
26. Y cuando ella elevaba su himno a las regiones superiores, todos los archones
que están en las doce regiones de los eones sintieron odio hacia ella,
porque ellos estaban en las regiones inferiores, y ella se detuvo en sus misterios
y quiso elevarse por encima de ellos.
27. Y por esto se irritaron contra ellas y la odiaron.
28. Y el gran triple poder orgulloso, que es la tercera de las triples potencias
y que reside en la trecena región de los eones, aquel que fue insumiso,
no dando toda la pureza de la fuerza que había en él, y no mostrando
la luz pura en el tiempo en que los archones dieron su pureza, quiso ser soberano
en toda la trecena región de los eones y en las que están debajo.
29. Y aconteció que todos los archones de las doce regiones de los eones
se enfurecieron contra la Sabiduría fiel, que estaba sobre ellos.
30. Y sintieron hacia ella odio sumo, y el gran triple poder orgulloso de que
os he hablado siguió a los archones de las doce regiones de los eones,
y se irritó contra la Sabiduría fiel.
31. Y la odió extremadamente, porque quería ir a la luz que está sobre él,
y proyectó fuera de sí una gran fuerza con rostro de león,
hecha de la materia de que es él.
32. Y proyectó muchas otras emanaciones materiales, y las proyectó a
las regiones inferiores, en medio del caos, para que tendiesen lazos a la Sabiduría
fiel y le quitasen la fuerza que hay en ella.
33. Porque quería ir a la región superior que hay sobre ellos,
y porque dejó de cumplir sus misterios.
34. Y ella continuó llorando, buscando la luz que había visto.
35. Y los archones que permanecían en el misterio de que ellos se ocupan,
tuvieron odio contra ella, y todos los guardianes que vigilan las puertas de
los eones tuvieron también odio contra ella.
VIII 1. Y ocurrió, según disposición del
primer orden, que el gran triple poder orgulloso, que es uno de
los tres poderes, condujo a la Sabiduría a la decimotercera
región de los eones.
2. Y era para que contemplase los lugares del infierno y viese en aquellos
lugares su potencia de luz con rostro de león.
3. Y quería que fuese allí, para que le quitasen la luz que había
en ella.
4. Y la Sabiduría miró desde arriba, y vio la fuerza de aquella
luz en la región de los infiernos, y no supo que pertenecía al
triple poder orgulloso.
5. Sino que pensó que provenía de la luz que ella había
visto desde el principio en la región superior, y que venía de
las alas del tesoro de la luz.
6. Y pensó dentro de sí: Iré a tomar la luz que los eones
de la luz han creado para mí, a fin de que yo pueda llegar a la luz
de las luces, que está en la altura de las alturas.
7. Y con estos pensamientos salió de su lugar hacia la trecena región
de los eones, y subió hacia los doce eones.
8. Y los archones de los eones la vieron y se irritaron contra ella, porque
quería elevarse a las regiones superiores.
9. Y al salir de las doce regiones de los eones, vino a los parajes del caos,
y avanzó hacia la fuerza de la luz con cara de león para devorarla.
10. Y todos los defensores de la materia la rodearon. Y la gran fuerza de la
luz con faz de león devoró la potencia de la luz en la Sabiduría
y purgó su luz, que ella había devorado, y su materia.
11. Y la arrojaron en el caos, que es en su mitad de llamas y en su otra mitad
de tinieblas.
12. Y había un archon con rostro de león, y era Ialdabañrt,
de quien yo os he hablado muchas veces.
13. Y cuando todo esto sucedió, la Sabiduría se encontro en una
extremada debilidad.
14. Y la fuerza de la luz con rostro de león comenzó a arrebatar
todas las fuerzas de la luz en la Sabiduría, y todas las fuerzas de
la materia del poder orgulloso rodearon a la vez a la Sabiduría y la
atormentaron.
15. Y la Sabiduría fiel, lanzando grandes gritos, se dirigió a
la luz de las luces que vio desde el principio, implorando su ayuda.
16. Y le suplicó, con estas palabras: Luz de las luces, a quien he implorado
desde el comienzo, escucha ahora, ¡oh luz!, mis súplicas.
17. Protégeme, luz, porque malos pensamientos han entrado en mí.
18. Y he mirado, ¡oh luz!, las regiones del infierno, y he visto la luz
en ese lugar, y he venido aquí pensando alcanzar esa luz.
19. Y he caído en las tinieblas que son el caos del infierno.
20. Y no he podido volver a mí lugar, porque he sido atormentada por
todos mis enemigos, y la fuerza del rostro de león me ha arrebatado
la luz que había en mí, y yo he implorado tu auxilio, y mi voz
no se ha elevado en las tinieblas.
21. Y he mirado a lo alto, para que la luz en la que creo me asista.
22. Y cuando he mirado a lo alto, he visto todos los archones de una multitud
de eones.
23. Y mirándome en este estado, se alegraban de mis gritos. Y yo no
les he hecho ningún mal.
24. Mas me odian sin motivos. Y cuando los próbolos del triple poder
han visto que los archones de los eones se regocijaban de mi mal, han comprendido
que los archones de los eones no me prestarían su socorro.
25. Y los que me afligían injustamente han tenido confianza y me han
arrebatado la luz que yo había recibido de ellos.
26. Mas tú, luz verdadera, sabes que yo he hecho esas cosas cándidamente,
creyendo que la luz de faz de león era tuya.
27. Y el pecado que he cometido es patente ante ti.
28. No permitas, Señor, que yo permanezca más tiempo así.
Porque yo he creído desde el principio en tu luz.
29. Señor, luz de las fuerzas, no me dejes más tiempo privada
de tu luz, porque por ansia de tu luz he caído en la aflicción
y la vergüenza me ha cubierto.
30. Y por ansia de tu luz he quedado extraña a mis hermanas invisibles,
y a las emanaciones del gran Barbelón.
31. Y esto me ha ocurrido, ¡oh luz!, porque he deseado penetrar en tu
círculo.
32. Y ha venido contra mí la cólera del orgulloso, aquel que
no escuchó tu orden para que expandiese su luz.
33. Porque yo he estado en la región de los eones y no he practicado
su misterio, y todos los guardianes de las puertas de las regiones de los eones
me buscaban, y cuantos comprenden sus misterios me perseguían.
34. Mas yo he mirado hacia ti, luz, y he creído en ti.
35. No me dejes en la aflicción de la oscuridad del caos, mas líbrame
de estas tinieblas.
36. Si tú quieres venir a salvarme, grande es tu misericordia; escúchame
en la verdad, y sálvame.
37. Estas son las palabras que dijo la Sabiduría fiel, y el que tenga
oídos para oír que oiga.
IX 1. Y María dijo: Señor, mis oídos reciben
la luz y yo oigo en mí fuerza de luz.
2. Oye, pues, lo que tengo que decir sobre las palabras de la fiel Sabiduría
al confesar su pecado.
3. Tu fuerza de luz ha sido profetizada por boca de David, cuando dijo en su
salmo sesenta y ocho: Dios mío, protégeme, porque las aguas han
llegado hasta mi alma.
4. Y dijo luego María: Tal es, Señor, la explicación de
la súplica de la Sabiduría fiel.
(No hay versículo 5)
6. Y siguió hablando, y dijo: La fiel Sabiduría elevó un
himno de este modo:
7. Luz de las luces, yo creo en ti; no me dejes para siempre en las tinieblas.
8. Ayúdame y protégeme en tus misterios. Acerca tu oído
a mí y sálvame.
9. Que la fuerza de tu luz me preserve y me lleve hasta los eones elevados.
10. Y líbrame de la fuerza de faz de león y de todos mis enemigos.
11. Porque yo he creído en ti desde el comienzo, y tú eres mi
salvador y mi tesoro de luz.
12. Mi boca está llena de gloria, para que cante siempre tus alabanzas
y el misterio de tu grandeza.
13. No me dejes en el caos y no me abandones. Porque mis enemigos me han querido
arrebatar toda mi luz.
14. Vuélvete a mí, ¡oh luz!, y líbrame de estos
malvados.
15. Que quienes han querido quitarme mi fuerza caigan, ¡oh luz!, en las
tinieblas.
16. Y cuando dijo estas palabras, Jesús preguntó a sus discípulos: ¿Comprendéis
lo que os digo?
17. Y Pedro se adelantó, y dijo: Señor, no permitas hablar siempre
a esta mujer, porque ocupa nuestro puesto y no nos deja hablar nunca.
18. Y Jesús dijo a sus discípulos: Adelántese y hable
aquel en quien obre la fuerza de la inteligencia.
19. Porque yo veo, Pedro, tu fuerza en el conocimiento de las palabras que
dijo la fiel Sabiduría.
20. Ven, pues, y da tu explicación entre tus hermanos.
21. Y Pedro fue, y dijo: Señor, tu fuerza ha sido profetizada por David
en el salmo sesenta y nueve, cuando dijo: Señor Dios mío, piensa
en socorrerme.
22. Y el Salvador dijo: Ésa es la explicación del himno de la
Sabiduría fiel.
23. Dichosos vosotros entre todos los hombres de la tierra, porque os he revelado
estos misterios.
24. Y en verdad os lo digo: Yo os explicaré los misterios de todas las
regiones de mi Padre y de todas las regiones del primer misterio.
25. Para que lo que aprobéis en la tierra sea aprobado en el reino de
las regiones superiores, y para que lo que rechacéis en la tierra sea
rechazado en el reino de mi Padre, que está en los cielos.
26. Escuchad, pues, y entended las palabras que la Sabiduría fiel pronunció.
27. Luz de las fuerzas, protégeme.
28. Que los que quieren quitarme mi luz sean hundidos en el caos.
29. Y que sean sumidos en las tinieblas los que me persiguen diciendo: Seremos
más fuertes que ella.
30. Que se regocijen cuantos buscan la luz y que digan siempre: Yo celebraré el
misterio de los que quieren tu misterio.
31. Protégeme, pues, ¡oh luz!, porque yo necesito mi luz, que
mis enemigos me quieren arrebatar.
32. Tú eres mi salvador, luz; sácame y libértame de este
caos.
33. Y cuando Jesús hubo expuesto así a sus discípulos
el cántico tercero de la Sabiduría fiel, agregó:
34. Que quien comprenda el sentido del tercer cántico de la fiel Sabiduría
se adelante a darnos su explicación.
35. Y Marta se abrazó a sus pies, dando gritos y llorando, y entregándose
al dolor y a la humillación.
36. Y dijo: Señor, ten piedad de mí y extiende sobre mí tu
misericordia, y permite que dé yo la explicación del tercer himno
de la Sabiduría fiel.
37. Y Jesús, dando la mano a Marta, dijo: Bienaventurado el que se humille,
porque él disfrutará misericordia.
38. Dichosa tú eres, Marta: Danos la explicación del canto de
la fiel Sabiduría.
39. Y Marta dijo: Tu fuerza, Señor, ha sido profetizada en el salmo
setenta de David, cuando dijo: Señor, creo en ti. No permitas que yo
sea humillado para siempre.
40. Y éste es, Señor, el sentido del tercer himno de la fiel
Sabiduría.
41. Y cuando Jesús oyó estas frases de Marta, dijo: Marta, tú has
hablado bien.
X 1. Y Jesús, continuando su discurso, dijo a sus discípulos:
La Sabiduría.fiel hizo su cuarta plegaria.
2. Y la dijo antes que la fuerza de rostro de león y las emanaciones
materiales que había con ella y que había enviado el poder orgulloso
volviesen a atormentarla.
3. Y dijo así: Luz en la que yo he creído, oye mi ruego, y que
mi voz ascienda hasta tu morada.
4. No vuelva lejos de mí la imagen de tu luz.
5. Mas dirígela a mí, que estoy en la aflicción.
6. Arráncame, sálvame de esta destrucción, porque mi tiempo
desaparece y yo me estoy convirtiendo en materia.
7. Mi luz me ha sido quitada y mi fuerza ha sido destruida.
8. Y he perdido la memoria de mi misterio, al que he sido consagrada desde
elprincipio.
9. Y mi fuerza ha sucumbido en virtud de mi espanto.
10. Y me he convertido como en un demonio que habita en la materia, o como
en un decano que está sólo en el aire.
11. Y mis enemigos han dicho: En lugar de la luz que hay en ella, la llenaremos
del caos.
12. Y he devorado el sudor de mi sustancia y la amargura de las lágrimas
de la materia de mis ojos.
13. Para que los que me atormentan no me arrebaten estas otras cosas.
14. Y todas estas cosas, luz, me han sucedido por tu disposición, y
ha sido tu decisión y tu voluntad que me sucedieran.
15. Y tu voluntad me ha traído al infierno y he venido al infierno como
la fuerza del caos.
16. Y mi fuerza se ha helado en mí.
17. Señor: Tú eres la luz en la eternidad y visitas en toda Ocasión
a los afligidos.
18. Álzate, luz, busca mi camino y el alma que hay en mí.
19. Porque se ha cumplido la orden que tú habías dado para mi
aflicción.
20. Y ha llegado el tiempo de que yo busque mi camino y mi alma; el tiempo
que tú has marcado para buscarme.
21. Y en este tiempo, todos los archones de los eones de la materia temerán
tu luz.
22. Y todas las emanaciones de la decimotercera región de los eones
de la materia temerán los misterios de tu luz.
23. Para que los demás se revistan de la pureza de su luz cuando el
Señor busque la fuerza de nuestra alma.
24. Y este misterio es el modelo ofrecido a la raza que está por crear,
y esta raza eleva un himno a las regiones superiores.
25. Yla luz mira desde lo alto de su luz y mirará toda la materia, para
oír los gemidos de los que están encadenados.
26. Para romper la fuerza de las almas, cuya fuerza ha sido sujeta, y para
poner su nombre en el alma y su misterio en la fuerza.
27. Y cuando Jesús hubo hablado así a sus discípulos,
dijo: He aquí la cuarta plegaria de la Sabiduría fiel. Y el que
sepa comprender que comprenda.
28. Y cuando Jesús dijo esto, Juan se adelantó, y adoró el
pecho de Jesús, y dijo: Señor, perdóname y déjame
que yo dé la explicación de la cuarta plegaria que elevó la
fiel Sabiduría.
29. Y Jesús dijo a Juan: Yo te autorizo y te animo a dar la explicación
de la cuarta plegaria que elevó la Sabiduría fiel.
30. Y Juan repuso y dijo: Señor, tu fuerza ha profetizado lo que dijo
la fiel Sabiduría en el salmo ciento uno de David.
31. Señor: Oye mi plegaria y que mis clamores lleguen a ti.
32. Y al concluir Juan estas palabras, dijo Jesús: Es acertado, Juan,
y en el reino de la luz te está reservado un puesto.
XI 1. Y Jesús, persistiendo en su discurso, dijo a sus
discípulos:
2. Las emanaciones del triple poder orgulloso atormentaron a la Sabiduría
fiel en el caos, porque querían quitarle su luz.
3. Y el tiempo de sacarla del caos no había llegado aún.
4. Y la orden del primer misterio no había llegado todavía, y
yo no debía aún salvarla del caos.
5. Y cuando las emanaciones materiales la torturaban, ella clamó.
6. Y dijo su quinta súplica: Luz de mi salvación, yo te elevo
un himno en el lugar de las regiones superiores y, a la vez, del caos.
7. Porque yo te elevo el himno que te dirigía en las regiones Superiores.
8. Ven a mí, ¡oh luz! Vuelve el espíritu, ¡oh luz!,
hacia mi súplica.
9. Porque mi fuerza está llena de tinieblas y mi luz se ha perdido en
el caos.
10. Y me he convertido, como en los archones del caos, que están en
las regiones inferiores.
11. Y soy como un cuerpo material, para el que no hay salvador en las regiones
superiores
12. Y me he convertido como en las materias cuya fuerza ha sido quitada, y
que han caído en el caos, y tú no las has salvado, y han perecido.
13. Y me han sumido en las tinieblas infernales, en la oscuridad.
14. Allí donde están las materias inertes y privadas de toda
fuerza.
15. Y tú has dado mandato sobre mí y sobre cuantas cosas has
organizado.
16. Y me has alejado tu aliento, y me has hundido en el abismo.
17. Y por tu mismo mandato sobre las cosas que has ordenado, mis enemigos están
atormentándome.
18. Y me odian, y no me auxilian, y estoy casi del todo perdida, y mi luz ha
disminuido en mí.
19. Y he clamado a la luz, con toda la luz que hay en mí, y he alzado
las manos elevándola, hacia ti.
20. Y ahora, luz, ¿se ha cumplido tu voluntad en el caso?
21. ¿Se elevarán entre las tinieblas los liberadores que han
de Venir según tu voluntad?
22. ¿Y darán el misterio de tu nombre en el caos?
23. ¿Dirán tu nombre en el caos que tú no iluminas?
24. Yo te glorifico, luz, y mi voz te llegará en las regiones Superiores.
25. Que tu luz venga sobre mí, porque me han quitado mi luz.
26. Y yo estoy en el sufrimiento por causa de la luz, desde que mis enemigos
me atacan.
27. Y cuando he mirado a lo alto, hacia la luz, y he mirado el infierno, he
caído en el infierno, según la disposición de la luz,
elevándome en el caos.
28. Y tu mandato ha venido sobre mí, y los temores y turbaciones que
tú has fijado me han rodeado, abundantes como las aguas.
29. Y se han apoderado totalmente de mí.
30. Y, según tu voluntad, no has dejado que mi compañera me ayudase
y socorriese en esta aflicción.
31. Tal es la quinta plegaria que formuló la fiel Sabiduría en
el caos, cuando estaba atormentada por las emanaciones materiales del triple
poder.
32. Y cuando Jesús hubo hablado así a sus discípulos,
les dijo: Que oiga quien tenga oídos para oír.
33. Y quien tenga en sí el hálito brillante, que se adelante
y dé la explicación del quinto ruego de la Sabiduría fiel.
34. Y se levantó Felipe cuando hubo hablado Jesús.
35. Y dejó en el suelo un libro que tenía entre las manos, y
en ese libro escribía las palabras de Jesús, y todas las cosas
que había hecho.
36. Y Felipe, adelantándose dijo a Jesús: Señor: yo soy
aquel a quien has confiado el cuidado del mundo.
37. Para que escriba cuantas cosas nosotros decimos y hacemos.
38. Y no me has permitido exponer la explicación del misterio de las
súplicas de la Sabiduría fiel.
39. Y mi espíritu se ha agitado fuertemente en mí, para que yo
diese la explicación de ese misterio.
40. Y me he adelantado, porque soy el que escribo todas las cosas.
41. Y Jesús, oyendo a Felipe, fe dijo: Escucha, Felipe, que yo te hablo,
porque es a ti, y a Tomás, y a Mateo, a quienes el primer misterio ha
ordenado escribir todas las cosas que yo diga y haga y cuantas cosas veáis.
42. Aún no ha terminado el número de palabras que tú debes
transcribir por escrito.
43. Y cuando termines, tú tendrás holgura para decir lo que quieras.
44. Mas ahora, vosotros tres, escribid las cosas que yo diga y que yo haga,
y que yo vea, para que dé testimonio de todo en el reino de los cielos.
45. Y cuando Jesús concluyó estas palabras, dijo a sus discípulos:
Quien tenga oídos para oír que oiga.
46. Y Marta se levantó de entre los discípulos y se puso junto
a Felipe.
47. Y dijo: Señor, mi oído ha entendido la voz de la luz, y estoy
presta a oír, según la fuerza de mi entendimiento, la palabra
que tú has dicho.
48. Mas, Señor, déjame que te hable con claridad.
49. Porque tú has dicho: Que oiga quien tenga oídos para oír.
50. Y has dicho también a Felipe: A ti, y a Tomás, y a Mateo,
se os ha encargado por el primer misterio de escribir todas las cosas del reino
de la luz, para que deis testimonio de ellas.
51. Oye, pues, la explicación de la palabra que tu fuerza de luz hizo
profetizar a Moisés cuando dijo: De toda cosa se hará constancia
por medio de dos o tres testigos.
52. Y estos tres testigos son Felipe, Tomás y Mateo.
53. Y cuando Jesús oyó esto, dijo: Ésa es, María,
la explicación
54. Adelántate, pues, Felipe, y danos la explicación de la quinta
súplica de la Sabiduría fiel.
55. Y luego siéntate hasta el fin de la misión que se te ha encomendado,
que es la de escribir todas las cosas del reino de la luz.
56. Y tú continuarás diciendo lo que tu espíritu comprenda.
57. Mas ahora, explica el misterio de la quinta plegaria de la fiel Sabiduría.
58. Y Felipe respondió a Jesús, y dijo: Escucha, Señor,
la explicación que yo doy de la quinta plegaria de la fiel Sabiduría.
59. Tu fuerza ha profetizado sobre ella, diciendo en el salmo ochenta y siete
de David: Señor, Dios de mi salvación, yo clamo hacia ti de noche
y día.
60. Que mí palabra llegue hasta ti y presta oído a mi súplica.
61. Y Jesús, oyendo estas palabras, dijo: Ven y siéntate, querido
Felipe, y escribe cuantas cosas yo haga, y cuantas palabras yo diga, y cuantas
cosas veas.
62. Y Felipe se sentó y escribió.
XII 1. Y Jesús continuó hablando a sus discípulos.
2. Y les dijo: La fiel Sabiduría volvió a elevar clamores hacia
la luz.
3. Y ésta le remitió el pecado que había cometido.
4. Y dejando su sitio, entró en las tinieblas.
5. Y la Sabiduría fiel elevó su sexta impetración de esta
manera:
6. Yo te alabo, luz, en las tinieblas de los infiernos.
7. Escucha mi súplica y que tu luz atienda el clamor de mis plegarias.
8. Porque yo no iría ante ti, y tú me abandonarías, si
tú no existieras, oh luz, mi liberadora, a causa de la luz de tu nombre.
9. Yo he creído en ti, luz, y tú eres mi fuerza.
10.. Y he sido fiel a tu misterio, y mi fuerza ha creído en la luz que
está en lo alto, y ha creído en ella hasta cuando estaba sumida
en el caos del infierno.
11. Y toda la fuerza que hay en mí ha creído en la luz, aun cuando
estaba sumida en las tinieblas del infierno.
12. Y ellas ceerán también cuando lleguen a las regiones superiores,
porque Él nos verá y nos rescatará. Y el misterio de su
salvación es grande.
13. Y Él preservará todas las fuerzas contra el caos, en virtud
de mi falta, cuando, dejando mi sitio, yo he venido al caos.
14. Y quien pueda entender que entienda.
15. Y cuando Jesús acabó estas palabras, dijo a sus discípulos: ¿Comprendéis
lo que os he dicho?
16. Y Andrés se adelantó, diciendo: Señor, la fuerza de
tu luz profetizó por boca de David, en su ciento veintinueve salmo,
al decir: Y he clamado, Señor, desde el fondo del abismo... Escucha
mi voz. Que Sirad ponga su confianza en el Señor.
17. Y dijo Jesús: Está bien, Andrés; bienaventurado seas.
Que ésa es la explicación de la plegaria de la Sabiduría.
18. En verdad, en verdad, os digo, que yo os haré conocer todos los
misterios de la luz.
19. Y toda gnosis, desde el interior de los interiores hasta el exterior de
los exteriores.
20. Y desde el Inefable hasta las tinieblas de las tinieblas.
21. Y desde la luz de las luces. Y desde los dioses hasta los demonios.
22. Y desde todos los señores hasta todos los decanos. Y desde todas
las revoluciones hasta todas las emanaciones.
23. Y desde la creación de los hombres hasta la de las bestias, y los
animales, y los reptiles.
24. Y así se os llamará perfectos y completos en todas las cosas.
25. En verdad, en verdad, os digo: cuando yo sea en el reino de mi Padre, vosotros
estaréis conmigo.
26. Y cuando el número del perfecto se cumpla, para que la mezcla sea
destruida, yo ordenaré que os conduzca a todos los dioses que no han
dado aún la fuerza de su luz.
27. Y ordenaré al fuego de la Sabiduría que respete a los perfectos
y consuma a los tiranos hasta que hayan dado la última pureza de su
luz.
28. Ycuando Jesús habló así, dijo a sus discípulos: ¿Comprendéis
lo que os digo?
29. Y María dijo: He aquí, Señor, el sentido de las palabras
que tú has dicho. Tú has dicho que en la destrucción de
la nada tú estarás sentado sobre la fuerza de la luz.
30. Y que nosotros, tus discípulos, estaremos sentados a tu diestra.
31. Y que juzgaremos a los tiranos que no hayan dado aún la pureza de
su luz.
32. Y del fuego que has dicho que debe consumirlos hasta que hayan dado la última
luz que hay en ellos, tu fuerza de luz ha profetizado en el salmo veinticuatro,
en que dice David:
33. Dios se sentará en la asamblea de los dioses para juzgar a los dioses.
34. Y Jesús dijo: Está bien, María.
XIII 1. Y continuó hablando y dijo a sus discípulos:
Y sucedió que cuando la fiel Sabiduría hubo dicho
la sexta súplica de la remisión, se volvió a
las regiones inferiores.
2. Para ver si sus pecados se le habían remitido, y para ver si iba
a ser conducida al caos, ya que la orden del primer misterio para remitirle
su pecado no se había dado aún para sacarla del caos.
3. Y se volvió a las regiones superiores, a fin de ver si su súplica
se había entendido.
4. Y vio a los doce archones de los doce eones burlándose y regocijándose,
porque no se la habia escuchado.
5. Y cuando vio cómo se burlaban, se afligió extremadamente y
elevó su séptima súplica.
6. Luz, yo he elevado de nuevo mi fuerza hacia ti.
7. Y te suplico que no me dejes caer en la ignominia, ni que los doce archones
de los eones que me odian se congratulen de mi desgracia.
8. Porque quienquiera que te sea fiel no será entregado a la ignominia.
9. Y los que me han quitado mi fuerza no seguirán siendo sus poseedores.
10. Mas les será arrebatada y ellos permanecerán en las tinieblas.
11. Luz, muéstrame tus caminos, y yo me salvaré siguiéndolos.
12. Y muéstrame aquellos sitios a que debo dirigirme para libertarme
del caos.
13. Y muéstrame la senda en tu luz y haz que yo sepa, ¡oh luz!,
que tú eres mi salvador.
14. Y lo creerá en ti en todo tiempo.
15. Vuelve a mí tu atención para salvarme, ¡oh luz!, porque
tu misericordia se extiende hasta la eternidad.
16. No me imputes, ¡oh luz santa y recta!, el pecado que me ha hecho
cometer mi ignorancia.
17. Sino sálvame por tu gran misterio y que mis pecados me sean remitidos
por tu gran bondad.
18. Porque ella me devolverá a la senda, para que yo sea perdonada de
mi falta.
19. Y quitará a mis enemigos mi fuerza, que ha sido rota por las emanaciones
materiales del triple poder.
20. Porque todas las ciencias de la luz son para la salvación, y los
misterios son para los que buscan las regiones de sus posesiones, en virtud
del misterio de tu nombre, ¡oh luz!
21. Y mi falta es grande, mas perdónamela.
22. Y dará a cuantos creen en la luz el misterio que quiera.
23. Y su alma estará en las regiones de la luz y su fuerza será la
adquisición del tesoro de la luz.
24. Porque la luz es quien da la fuerza a quienes le son fieles.
25. Y el nombre de su misterio está en quienes creen en Él.
26. Y Él les mostrará el lugar de las posesiones que están
en el tesoro de la luz.
27. Y yo he sido siempre fiel a la luz que librará mis pies de las cadenas
de las tinieblas.
28. Vuelve tu atención a nos, ¡oh luz!, y sálvame.
29. Porque mis enemigos han arrebatado mi nombre en el caos y me han causado
grandes aflicciones.
30. Líbrame de estas tinieblas y pon tu mirada en el dolor de mis aflicciones.
31. Perdóname mis errores. Piensa en los doce archones que me acusan
y están celosos de mí.
32. Vela sobre mi fuerza y protégeme y no me hagas quedar en estas tinieblas
en que te he sido fiel.
33. Porque mis enemigos me han como privado de razón, viendo la fidelidad
que tengo por ti.
34. Y ahora, ¡oh luz!, conserva mi fuerza en las penas que me afligen
y protégeme contra mis enemigos.
35. Y habiendo así hablado Jesús a sus discípulos, Tomás
se adelantó.
36. Y dijo: Señor, mi espíritu se anima y yo me regocijo grandemente,
porque nos has revelado estas palabras.
37. Y yo no me he adelantado hasta ahora a mis hermanos para no incomodarlos.
38. Porque los veía reunidos para dar la explicación de los misterios
de la Sabiduría fiel.
39. Y he aquí, Señor, que respecto a la séptima plegaria
de la Sabiduría fiel, tu fuerza de luz ha profetizado, con la voz de
David, en su salmo Veinticuatro.
40. Diciendo: Señor: yo he alzado mi voz hacia ti. Señor: yo
tengo puesto mi corazón en ti.
41. Y cuando Jesús oyó las palabras de Tomás, le dijo:
Bien has hablado, Tomás, y ésa es la explicación del séptimo
himno de la fiel Sabiduría.
42. En verdad, en verdad, os digo que todas las criaturas os mirarán
en la tierra como bienaventurados.
43. Porque os he revelado estas cosas y os he infundido mi soplo y os he dado
la inteligencia espiritual de lo que os digo.
44. Y os he de llenar de toda luz y de toda la fuerza de mi soplo,
45. Para que comprendáis desde ahora todo lo que se os diga y todo cuanto
veáis.
46. Esperad un poco, y os hablaré de lo concerniente a las regiones
superiores desde el exterior hasta el interior, y desde el interior hasta el
exterior.
XIV 1. Y Jesús prosiguió su discurso a sus discípulos.
2. Y dijo: Cuando la Sabiduría fiel hubo dicho su séptima plegaria
en el caos, y sin que aún me hubiese llegado orden del primer misterio
para libertarla, elevándola sobre el caos, por mi propio impulso, y
en virtud de mi misericordia, sin esperar la orden, la conduje a un lugar despejado
sobre el caos.
3. Y sus enemigos cesaron momentáneamente de atormentarla, creyendo
que iba a ser definitivamente arrojada en el caos.
4. Y la fiel Sabiduría ignoraba que yo la asistía y me desconocía
del todo.
5. Y persistía en celebrar el tesoro de la luz, que había visto
antes y al que seguía fiel.
6. Y pensaba que era él el que la asistió, y como era fiel a
la luz, creía que su súplica se escucharía y sería
llevada del caos.
7. Mas no se había aún cumplido la disposición del primer
misterio a fin de que su ruego fuese escuchado.
8. Escuchad, pues, y yo os diré cuántas cosas sucedieron a la
fiel Sabiduría.
9. Ocurrió que, cuando yo la llevé a un lugar más desahogado
del caos, las emanaciones del triple poder dejaron de atormentarla creyendo
que yo la iba a llevar completamente al caos.
10.. Ycuando supieron que la Sabiduría fiel no era conducida al caos,
volvieron a torturarla sumamente.
11. Y por eso ella elevó su octava súplica.
12. Y dijo de este modo: Yo he puesto, ¡oh luz!, mi corazón en
ti; no me dejes en el caos. Escúchame y líbrame en tu pensamiento.
13. Vuelve mi espíritu hacia mí y líbrame; sé mi
salvador, ¡oh luz!, y líbrame.
14. Llévame a tu luz, porque tú eres mi salvador y tú me
conducirás hacia ti.
15. Y por el misterio de tu nombre, indícame tu camino y dame tu misterio.
16. Y librame de la fuerza de rostro de león y de mis enemigos, que
me han tendido asechanzas.
17. Porque tú eres mi salvador y yo entregaré la pureza de mi
luz en tus manos.
18. Libértame, ¡oh luz!, en tu conocimiento.
19. Y tú te irritarás contra aquellos que vigilan contra mi,
para que no se apoderen de mí totalmente.
20. Porque yo he creído en la luz, y yo te adorará y cantará tus
alabanzas, para que tengas piedad de mí y vuelvas tu corazón
a la pena en que me encuentro.
21. Y tú me librarás y me restituirás mi fuerza fuera
del caos.
22. Y no me abandonarás a la fuerza con rostro de león, mas me
conducirás a la región en que la aflicción no existe.
23. Y cuando Jesús habló así a sus discípulos,
continué.
24. Y dijo: Cuando la fuerza de faz de león supo que la Sabiduría
fiel no había sido arrojada en el caos, vino con todas las otras emanaciones
materiales del triple poder.
25. Y otra vez atormentaron a la fiel Sabiduría. Y cuando la torturaban,
ella prosiguió impetrando.
26. Y dijo: Ten piedad de mí, luz, porque ellos me atormentan aún.
27. Y cuanto hay en mí, y mi fuerza y mi espíritu son turbados,
según tu orden, ¡oh luz!
28. Y mi fuerza ha sufrido grandes perjuicios, mientras yo estaba sujeta a
tormentos.
29. Y el número de mi tiempo está en el caos.
30. Y mi luz se ha eclipsado, porque mi fuerza me ha sido arrebatada.
31. Y cuantas fuerzas había en mí han sido destruidas.
32. Y soy impotente ante todos los archones de los eones que me odian y ante
las veinticuatro emanaciones en cuyas regiones yo estaba.
33. Y mi hermano ha temido seguirme, en vista de las persecuciones en que me
ha visto sumida.
34. Y todos los archones de las regiones superiores me han mirado como la materia
en que no hay ninguna luz.
35. Y me he convertido como en una fuerza material que ha caído lejos
de los archones.
36. Y cuantos están en los eones han dicho: Ella es como el caos.
37. Y todas las fuerzas que no tienen misericordia han venido sobre mí,
para qiutarme toda mi luz.
38. Pero yo he creído en ti, luz, y he dicho: Tú eres mi salvador,
y mi suerte, que tú has marcado, está en tu mano.
39. Líbrame, pues, de los enemigos que me acusan y me persiguen.
40. Extiende tu luz sobre mí, porque yo no soy nada en tu presencia,
y consérvame en tu misericordia.
41. Y no consientas que caiga sobre mí la ignominia.
42. Porque es a ti, oh luz, a quien yo glorifico en mis himnos.
43. Que el caos envuelva a mis perseguidores y que sean sumergidos en las sombras
infernales.
44. Cierra la puerta a quienes quieren devorarme.
45. Y dicen: arranquémosle la luz que hay en ella.
46. Porque yo no les he hecho ningún mal.
XV 1. Y Mateo, cuando Jesús hubo hablado así, se
adelantó.
2. Y dijo: Señor, tu luz me ha instruido para que yo explique la octava
plegaria de la Sabiduría fiel.
3. Porque tu fuerza ha profetizado en el salmo treinta de David, diciendo:
En ti he puesto, Señor, mi corazón.
4. No permitas que se me humille eternamente.
5. Y oyendo estas palabras, dijo Jesús: En verdad te digo, Mateo, que
cuando el número perfecto sea cumplido, y cuando el universo sea destruido,
yo estaré sentado en el tesoro de la luz.
6. Y vosotros estaréis sentados sobre las doce fuerzas de la luz, hasta
que sean restablecidos los rangos de los doce salvadores en las regiones de
cada uno de ellos.
7. Y continuó hablando y dijo: ¿Comprendéis lo que os
he dicho?
8. Y María se adelantó y dijo: Señor, tú siempre
nos has hablado en parábolas.
9. Y nos has dicho en ellas: Yo estableceré con vosotros un reino como
el que mi Padre ha establecido conmigo.
10. Y comeréis y beberéis en mi mesa y en mi reino.
11. Y estaréis sentados en los doce tronos para juzgar a las doce tribus
de Israel.
12. Y Jesús contestó: Está bien, María.
13. Y continuó y dijo a sus discípulos: Y las emanaciones del
triple poder continuaron atormentando, en el caos, a la Sabiduría fiel.
14. Y ella pronunció su novena súplica y dijo: ¡Oh luz,
confunde a los que me arrebatan mi fuerza y devuélveme la que me han
quitado!
15. Ven y sálvame. Porque grandes tinieblas me envuelven y me afligen.
16. Di a mi fuerza: yo te libertaré.
17. Y que cuantos quieren arrebatarme mi luz sean privados de su fuerza y vuelvan
al caos.
18. Que sean reducidos a la impotencia los que quieren quitarme mi luz.
19. Que su fuerza sea como el polvo y que tu ángel, Ieû, los hiera.
20. Y si quieren ascender a lo alto, que las tinieblas los rodeen.
21. Y que sean arrojados en el caos, y que Ieû, tu ángel, los
persiga para herirlos en las tinieblas del infierno.
22. Porque me han tendido asechanzas y lo mismo la fuerza con faz de león.
23. Y sin que yo los haya dañado, me atormentan y me quieren arrancar
mi fuerza toda.
24. Arranca, ¡oh luz!, la pureza a la fuerza de faz de león, sin
que ella lo sepa.
25. Y confunde el proyecto que ha maquinado el triple poder, para arrebatar
mi fuerza, y arrebátale la suya.
26. Y mi fuerza se regocijará en la luz y será alegre, porque
tú la habrás salvado.
27. Y todas las partes de mi fuerza dirán: no hay más salvador
que tú.
28. Porque me has librado de la fuerza con rostro de león que me arrebataba
mi fuerza.
29. Y me salvarás de todos los que me quitan mi fuerza y mi luz.
30. Porque se han levantado contra ti, profiriendo mentiras, y diciendo que
yo conocía el misterio de la luz de la región superior.
31. Y me apremiaban, exclamando: Dinos los misterios de la luz de la región
superior.
32. Mas yo ignoraba esos misterios y me han infligido grandes males.
33. Porque yo he sido fiel a la luz de la región superior.
34. Y me he sentado en las tinieblas, con el alma sumida en el duelo.
35. Sálvame, ¡oh luz, a la que elevo mis himnos!
36. Porque yo sé que tú me salvarás, pues que yo hacía
tu voluntad cuando estaba en la región de los eones.
37. Y yo cumplía tu voluntad como las potencias invisibles que están
en mis regiones y yo lloraba, buscando con celo tu luz.
38. Y ahora mis enemigos me rodean, y se alegran de mis males, y me infligen
sin piedad grandes aflicciones.
39. Y rechinan los dientes contra mí y me quieren arrebatar toda mi
luz.
40. ¿Hasta cuándo, luz, permitirás que sigan afligiéndome?
41. Libra mi fuerza de sus malos propósitos y presérvame de la
fuerza con rostro de león. Porque yo estoy sola en estas regiones.
42. Y en medio de cuantos se han juntado contra mí, yo te glorifico, ¡oh
luz!
43. Y clamaré siempre a ti, en medio de todos los que me afligen.
44. Que no se regocijen más sobre mí, atormentándome y
quitándome mi fuerza.
45. Tú conoces su astucia, ¡oh luz! No permitas que tu ayuda se
aleje de mi.
46. Apresúrate, ¡oh luz! Júzgame en tu bondad y véngame.
47. ¡Oh luz de las luces! Que mis enemigos no me arrebaten mi luz.
48. Y que no digan entre sí: Nuestra fuerza se ha reforzado con su luz.
49. Y que no digan: Hemos devorado su fuerza.
50. Sino que las tinieblas los rodeen y hagan impotentes a aquellos que me
quieren robar mi luz.
51. Y que aquellos que dicen: Nosotros hemos robado su fuerza y su luz, sean
hundidos en el caos y en las tinieblas.
52. Sálvame, para que yo sea en gozo.
53. Porque yo aspiro a la trecena región de los eones, que es la región
de la justicia.
54. Y para que yo diga a toda hora: La luz de Ieû, tu ángel, irá aumentando
de brillo.
55. Y mi lengua cantará eternamente tus alabanzas en la decimotercera
región de los eones.
XVI 1. Y cuando Jesús hubo dicho estas palabras a sus discípulos,
dijo: Que aquel que entre vosotros haya comprendido nos dé la
explicación.
2. Y Jacobo se adelantó y abrazó el pecho de Jesús.
3. Y dijo: Señor: tu soplo me ha infundido inteligencia y estoy presto
a explicar lo que nos has dicho.
4. Porque es respecto a esto lo que profetizó tu fuerza, mediante la
voz de David, en su salmo treinta y cuatro.
5. Diciendo: Juzga, Señor, a aquellos que me agravian, combate a aquellos
que me combaten.
6. Y cuando Jacobo hubo hablado así, dijo Jesús: Tú has
hablado bien, Jacobo.
7. Porque ésa es la explicación de la novena súplica de
la fiel Sabiduría.
8. Y en verdad, en verdad os digo, que vosotros entraréis conmigo en
el reino de los cielos antes que todos los invisibles y todos los dioses y
todos los archones que están con el eón trece y con el eón
doce.
9. Y no solamente vosotros, sino todo el que haya practicado mis misterios.
10. Y cuando el Salvador hubo hablado así, dijo: ¿Comprendéis
lo que acabo de decir?
11. Y dijo María: Señor, es lo que nos has dicho otras veces.
12. Que los últimos serán los primeros y que los primeros serán
los últimos.
13. Porque los creados antes que nosotros son los invisibles, pues que existieron
antes que el género humano.
14. Y los dioses, y los archones, y los hombres que reciban tus misterios entrarán
los primeros en el reino de los cielos.
15. Y dijo Jesús: Así es, María.
XVII 1. Y Jesús prosiguió hablando a sus discípulos.
2. Y dijo: Y ocurrió que cuando la fiel Sabiduría hubo elevado
su novena plegaria, la fuerza que tenía rostro de león la atormentó con
más fuerza.
3. Y le quería arrebatar su luz. Mas la Sabiduría fiel se dirigió,
clamando, hacia la luz.
4. Y dijo: Luz en la que he creído desde el principio, y por la que
he sufrido tantos dolores, ven y socórreme.
5. Y su ruego fue entonces atendido.
6. Porque el primer misterio lo oyó y me envió a mí para
asistirla.
7. Y vine para ayudarla y la reconduje en el caos.
8. Porque había sufrido grandes penas y aflicciones a causa de su fe
en la luz.
9. Y así, fui enviado por el primer misterio para socorrerla en todo.
10. Y aunque yo no había ido aún al mundo de los eones, sobrevine
entre todos ellos.
11. Y ninguno de ellos lo supo, ni los que pertenecen a lo interior de lo interior,
ni los que están en lo exterior de lo exterior.
12. Y todo lo sabía el primer misterio. Y cuando llegué al caso
para ayudarla, ella me vio.
13. Porque yo resplandecía con una gran luz y me presentaba misericordioso.
14. Y no me presentaba altanero, como la fuerza con faz de león que
arrebaté la fuerza y la luz a la Sabiduría, y que la atormentó para
quitarle cuanta luz había en ella.
15. Y me vio brillando con una luz diez mil veces más poderosa que la
de la fuerza con rostro de león.
16. Y comprendió que yo venía de las regiones superiores, en
cuya luz ella había tenido fe desde el comienzo de las cosas.
17. Y la fiel Sabiduría tuvo entonces confianza y elevé su décima
súplica.
18. Y dijo: Yo he clamado a ti, luz de las luces.
19. Y en mi aflicción me has oído; preserva ahora mi fuerza de
los labios injustos y engañosos.
20. Porque estoy envuelta en las asechanzas y calumnias de los orgullosos y
de los que no conocen la misericordia.
21. Malhaya yo, que tan lejos estoy de mi morada, y me veo forzada a habitar
en el caos.
22. Porque mi fuerza no está en las regiones que me pertenecen.
23. Y he hablado con dulzura a mis enemigos, y cuando yo les hablaba con dulzura,
ellos me han atacado sin motivo.
XVIII 1. Y cuando Jesús hubo dicho estas palabras a sus
discípulos, dijo: Que se adelante aquel que se sienta infundido
de inteligencia y que explique la décima impetración
de la Sabiduría fiel.
2. Y Pedro contestó y dijo: Señor, tu fuerza de luz ha profetizado
esto por boca de David.
3. Cuando dijo en el salmo ciento diecinueve: He clamado a ti, Señor,
en mi aflicción.
4. Y tú me has oído, Señor, mas preserva mi alma de los
labios injustos y de la lengua mentirosa.
5. Tal es, Señor, la explicación de la décima plegaria
de la fiel Sabiduría, tal como ella la pronunció cuando se sentía
atormentada por las emanaciones materiales del triple poder, y éstas
y la fuerza de faz de león la hacían sufrir extremadamente.
6. Ydijo Jesús: Bien está, Pedro. Has hablado justamente.
7. Y continuó Jesús hablando a sus discípulos.
8. Y dijo: Cuando la fuerza que tenía cara de león se acercaba
a mí, al ir hacia la fiel Sabiduría, me vio resplandecer con
una luz inmensa.
9. Y se llenó de cólera y proyecté fuera de sí una
muchedumbre de otras emanaciones enfurecidas.
10. Y entonces la Sabiduría fiel pronunció su undécima
plegaria, y dijo:
11. ¿Por qué la fuerza (de faz de león) se apresta a hacer
el mal?
12. Su propósito era herirme y robar la luz que había en mí.
13. Porque yo he preferido descender al caos que permanecer en la región
del decimotercero eón, que es la región de la justicia.
14. Y han querido envolverme en sus astucias, para arrebatarme toda mi luz.
15. Mas la luz les quitará toda su luz y destruirá toda su materia.
16. Y les arrebatará toda su luz y no los dejará permanecer en
el decimotercero eón, su morada.
17. Y no dejará sus nombres entre los nombres de los vivos.
18. Y las veinticuatro emanaciones verán lo que sucede a la fuerza con
faz de león.
19. Para que tomen ejemplo, y teman, y no sean indóciles.
20. Y darán la pureza de su luz y te verán, para que te glorifiquen.
21. Y habrán de decir: he aquí el que no ha dado el brillo de
su luz para salvarse.
22. Mas quiere ser glorificado en todo el esplandor de su luz, y él
ha dicho: Yo arrebatará la luz de la Sabiduría infiel.
23. Y que aquel cuya fuerza sea exaltada se adelante y diga la explicación
de la undécima plegaria de la Sabiduría fiel.
XIX 1. Y Salomé se adelantó, y dijo: Señor,
tu fuerza de luz ha profetizado esto por boca de David, en el salmo
cincuenta y uno.
2. Diciendo: ¿Por qué el impío se alaba de su malicia?
3. Y cuando Jesús escuché estas palabras, dijo: Está bien,
Salomé.
4. Y en verdad, en verdad, os digo que yo os instruiré en todos los
misterios del reino de la luz.
5. Y Jesús continuó hablando y dijo a sus disçípulos:
Me aproximé luego al caos.
6. E iba revestido de una luz inmensa, para quitar su luz a la fuerza con faz
de león.
7. Y cuando la fuerza con rostro de león me vio, tuvo miedo, y llamó a
su dios para que la socorriese.
8. Y se llenó de cólera y la fiel Sabiduría sintió gran
espanto.
9. Yse dirigió a mí y dijo: No me olvides, ¡oh luz!
10. Porque mis enemigos han abierto su boca contra mí.
11. Y han querido arrebatarme mi luz y me han odiado.
12. Porque yo entonaba tus alabanzas y te amaba.
13. Que sean sumergidos en las tinieblas exteriores; arrebátales su
fuerza y no los dejes remontarse a sus regiones.
14. Y que el caos los envuelva como una vestidura.
15. Ten piedad de mí, ¡oh luz!, por el misterio de tu nombre,
y sálvame en tu misericordia.
16. Ven a mi ayuda, porque mi fuerza es destruida.
17. Porque aquí no hay ningún misterio, y mi matena ha sido encadenada,
porque se me ha quitado toda mi fuerza.
18. Y que aquel que haya sido animado en su interior, se adelante y explique
las palabras de la fiel Sabiduría.
19. Y Andrés dijo: Señor, tu fuerza de luz ha profetizado esto.
20. Cuando dijo por boca de David, en su salmo ciento ocho: Dios mío,
no calles en mi elogio, porque los pecadores y los pérfidos han abierto
su boca contra mí.
21. Y el primer misterio, continuando su discurso, dijo de esta manera:
22. Y ocurrió que yo no saqué aún del caos a la Sabiduría
fiel.
23. Porque yo no había recibido todavía la orden de mi Padre.
24. Y las emanaciones del triple poder, viendo a la Sabiduría fiel otra
vez provista de luz como lo fue desde el principio, se detuvieron en sus ataques
a la Sabiduría.
25. Y a grandes gritos pidieron asistencia al triple poder.
26. Para que él los ayudase a arrancar otra vez a la fiel Sabiduría
las fuerzas que había en ella.
27. Y el triple poder envió otra gran fuerza de luz, que descendía
en el caos como una flecha que vuela.
28. Y era para que ayudase a sus servidores a arrebatar a la Sabiduría
fiel la fuerza que le había sido reintegrada.
XX 1. Y cuando aquella fuerza de luz hubo descendido, los servidores
del triple poder tuvieron gran confianza.
2. Yotra vez persiguieron a la Sabiduría fiel, que estaba llena de turbación
y espanto y la atormentaron cruelmente.
3. Y uno de ellos se transformó en un basilisco de siete cabezas.
4. Y otro tomó forma de dragón, y la primera potencia del triple
poder, con cabeza de león, y otros muchos se reunieron.
5. Yatacaron a la fiel Sabiduría, y la llevaron de nuevo a las regiones
inferiores del caos, y la atormentaron mucho.
6. Y ella huyó, y vino a las regiones superiores del caos, y ellos la
persiguieron y la torturaron cruelmente.
7. Y Adamas el tirano miró las doce regiones de los eones, y también
sintió coraje contra la Sabiduría fiel.
8. Porque había querido subir a la luz de las luces, que está por
encima de todos ellos.
9. YAdamas miró, y vio que los enemigos de la Sabiduría la atormentaban
hasta quitarle cuantas luces había en ella.
10. Y cuando la potencia del triple poder hubo descendido en el caos, encontró la
fiel Sabiduría.
11. Yla fuerza con rostro de león, y la fuerza con rostro de serpiente,
y la fuerza con rostro de basilisco, y la fuerza con rostro de dragón,
y todas las fuerzas del triple poder rodearon a la fiel Sabiduría, queriendo
arrebatarle por segunda vez sus fuerzas.
12. Y cuando la atormentaban y afligían, ella se dirigió otra
vez a la luz.
13. Y dijo: Luz en la que he caído, que tu luz venga a mí.
14. Porque tú eres quien me ha tomado en ella y tú me librarás
de mis perseguidores.
15. Y cuando la Sabiduría fiel hubo hablado de este modo, por orden
de mi Padre, yo envié a Miguel, y a Gabriel, y a los satélites
de la luz.
16. Para que llevasen a la Sabiduría fiel sobre sus manos, a manera
que sus pies no tocasen las tinieblas exteriores.
17. Y les ordené que se dirigiesen a las regiones del caos en donde
la tenían que conducir.
18. Y cuando los ángeles y las emanaciones de la luz hubieron descendido
al caos, todas las emanaciones del triple poder y las de Adamas vieron la emanación
de la luz y constituyeron una luz inmensa, a la que ninguna clase de luz era
ajena.
19. Y quedaron atemorizados y dejaron a la Sabiduría fiel.
20. Y una gran emanación de luz rodeó por todas partes a la Sabiduría,
a derecha e izquierda, y sobre su cabeza se levantó una corona de luz.
21. Y cuando la emanación de la luz rodeó a la fiel Sabiduría, ésta
se sintió llena de confianza.
22. Y aquella emanación no dejaba de rodearla y ella no tenía
ya las emanaciones del triple poder.
23. Y los servidores del triple poder no pudieron transformar más su
figura, ni aproximarse a la Sabiduría fiel por la gran luz que la rodeaba.
24. Y no pudieron hacerle ningún mal, porque ella creía en la
luz.
25. Y según el mandato de mi Padre, el primer misterio descendió en
el caos.
26. Y ataqué a la potencia del rostro de león, que era la mayor
luz, y le arrebaté toda su luz.
27. Y herí a todas las emanaciones del triple poder y todas cayeron,
impotentes, en el caos.
28. Y conduje a la fiel Sabiduría a la derecha de Miguel y Gabriel.
29. Y una gran emanación de luz entró en ella.
30. Y miró a sus enemigos, cuya luz había arrebatado yo completamente.
31. Y la hice salir del caos y puse a sus pies los servidores del triple poder
que tienen rostro de serpiente.
32. Y el servidor que tiene forma de basilisco de siete cabezas, y la potencia
de faz de león y la potencia de faz de dragón.
33. E hice permanecer la Sabiduría encima de la potencia que tiene el
aspecto de un basilisco de siete cabezas, y que es la más fuerte de
todas en su malicia.
34. Y yo, el primer misterio, he estado encima de ella, y he quitado todas
sus fuerzas, y he destruido toda su materia, para que no pueda retoñar.
XXI 1. Y cuando el primer misterio hubo hablado así a sus
discípulos, dijo: ¿Comprendáis de qué modo
os he hablado?
2. Y Jacobo dijo: Señor: la fuerza de tu luz ha profetizado así respecto
a esto, por boca de David, en el noventa salmo: aquel que viva bajo la protección
del Altísimo estará bajo la sombra del Dios del cielo.
3. Escucha, pues, para que yo te diga con toda claridad la palabra que tu fuerza
ha dicho por boca de David: aquel que viva bajo la ayuda del Altísimo
estará bajo la sombra del Dios del cielo.
4. Y cuando la Sabiduría se confiaba a la luz, estaba bajo la luz de
la emanación de la luz que sale de él en las regiones superiores.
5. Y ésta es la palabra que tu fuerza dijo por boca de David: Yo diré al
Señor: tú eres aquel que me recibe
en sí y mi Dios es mi refugio. Yo me he confiado en él.
6. Porque ésta es la misma palabra que la Sabiduría fiel canta
en su himno.
7. Tú eres aquel que me recibe en sí y yo voy hacia ti.
8. Y la palabra que dijo tu fuerza: Dios mío, yo creo en ti, y tú me
salvarás de las trampas y de las palabras de los malvados, es la misma
que dijo la fiel Sabiduría.
9. Luz, yo creo en ti, porque tú me librarás del triple poder
y de Adamas el tirano, y tú me librarás de todas las penas que
me afligen.
10. Y la palabra que tú has puesto en boca de David: Él cubrirá tu
pecho con tu sombra y tú tendrás confianza bajo sus alas, es ésta:
La Sabiduría fiel está en la luz que emana de la luz que sale
de ti.
11. Y ella persevera, confiando en la luz que la rodea a derecha e izquierda,
y que son las alas de la emanación de la luz.
12. Y la palabra que la fuerza de Dios explicó con la boca de David:
La verdad te circundará, es la luz de la emanación de la luz,
que circundó a la fiel Sabiduría.
13. Y la palabra que ha dicho tu fuerza: Y no temerá el terror de la
noche, significa que la Sabiduría fiel no temía los terrores
y las turbaciones que la habían rodeado en el caos, que es la noche.
14. Y la palabra que ha dicho tu fuerza: Y no temerá la flecha que vuela
en el día, significa que la Sabiduría fiel no temió la
fuerza que la verdad envió de la suma altura, y que es en el caos como
una flecha que vuela.
15. Así, tu fuerza de luz ha dicho: No temerás la flecha que
vuela en el día.
16. Porque esta fuerza sale del treceno eón, el dueño de los
otros doce eones, y es la luz para todos.
17. Y por eso has dicho: el día.
18. Y esta otra frase que ha dicho la fuerza de la luz:
no temerá a lo que pasea en las tinieblas, quiere decir que la Sabiduría
fiel no temió a la fuerza con rostro de serpiente que asustaba a la
fiel Sabiduría, en el caos, que constituye las tinieblas.
19. Y la expresión que ha empleado la fuerza: no temerá al demonio
del mediodía, significa que la Sabiduría fiel no temió a
las proyecciones salidas del tirano Adamas, el eón doce, y que arrojaron
en un destierro a la fiel Sabiduría.
20. Y por eso la fuerza ha dicho: no temerá al demonio del mediodía.
21. Porque la hora del mediodía es la que proviene del duodécimo
eón.
22. Y ella salió del caos, que es la noche, y la noche salió del
duodécimo eón, que está en medio de todos.
23. Y la fuerza de luz ha dicho: la hora del mediodía, porque los doce
eones son el comedio entre el eón trece y el caos.
24. Y la palabra que tu fuerza de luz ha dicho por boca de David: Mil cayeron
a su izquierda, y miríadas de ellos a su derecha, y los demás
no se le aproximaron, significa que una multitud de emanaciones del triple
poder no pudieron permanecer ante la gran luz de la emanación de la
luz.
25. Y muchos de ellos cayeron a la izquierda de la Sabiduría fiel, y
Otros muchos a la derecha, y ninguno podía aproximarse.
26. Y cuando dijo tu fuerza de luz, por boca de David: Y, sin embargo, tú contemplarás
a los pecadores, porque tú eres su esperanza, Señor, significa
que la Sabiduría fiel ha mirado a todos sus enemigos, que fueron derrotados
al fin.
27. Y no sólo ella los ha visto así, sino tú, Señor,
el primer misterio, has arrebatado la fuerza de la luz que estaba en la fuerza
con la faz de león.
28. Y has arrebatado su fuerza a todos los vástagos del triple poder.
29. Y los has precipitado en el caos y les has impedido ir a sus regiones.
30. Y la Sabiduría fiel ha visto a sus enemigos caídos en el
caos y ha visto la recompensa que les ha sido otorgada.
31. Porque habían querido privar a la Sabiduría de su luz, y
tú los has privado de la luz que había en ellos, y no a la Sabiduría,
que había sido fiel a la luz de las regiones superiores.
32. Y esto, según lo expresó tu fuerza de luz por boca de David:
Tú te has refugiado en un lugar elevado y al cual no se te aproximará.
33. Y esto significa que la Sabiduría fiel, habiendo sido acosada por
sus enemigos a causa de su fe en la luz, dirigió himnos a la luz, y
no pudieron hacerle ningún mal, ni aproximarse a ella.
34. Y la palabra que tu fuerza de luz puso en boca de David: Él ha ordenado
a sus ángeles guiarte en todos los caminos y conducirte con sus manos,
para que no te hieras contra las piedras, significa que tú has ordenado
a Gabriel y a Miguel que condujesen a la Sabiduria por todaslas regiones del
caos, llevándola en sus manos, para que no tocase a las tinieblas inferiores.
35. Y la palabra que dijo tu fuerza de luz por boca de David: Tú marcharás
sobre la serpiente y sobre el basilisco, y sobre la serpiente y sobre el dragón,
porque tú tienes confianza en mí, significa que, cuando la fiel
Sabiduría ha sido elevada sobre el caos, ha andado sobre los servidores
del triple poder.
36. Y ha andado sobre los que tienen faz de serpiente y forma de basilisco
con siete cabezas.
37. Y sobre la fuerza con faz de león, y sobre la que tiene apariencia
de dragón.
38. Y como ella fue fiel a tu luz, fue salvada de todas ellas.
39. Y ésta es, Señor, la explicación de las palabras que
nos has dicho.
40. Y cuando el primer misterio hubo oído estas palabras, dijo: Así es,
mi querido Jacobo.
XXII 1. Y el primer misterio continuó hablando.
2. Y dijo a sus discípulos: Cuando yo hube conducido a la Sabiduría
fiel fuera del caos, ella clamó y dijo:
3. Y he sido preservada del caos y me he visto libre de las ligaduras de las
tinieblas.
4. Y he venido hacia ti, ¡ob luz!, porque tú has sido la luz,
preservándome y protegiéndome por todas partes.
5. Y los enemigos que me combatían han huido ante la luz.
6. Y no se me han podido aproximar, porque tu luz estaba conmigo.
7. Y la emanación de tu luz me protegía cuando los enemigos que
me combatían me habían arrebatado mi luz y, privada de ella,
me habían arrojado a los infiernos.
8. Y yo era ante ellos como una materia inerte.
9. Y la fuerza de tu emanación vino de ti hacia mí para salvarme.
10. Ybrillaba a mi izquierda y a mi derecha y ninguna de las regiones intermedias
en que yo estaba carecía de luz.
11. Y purificaste en mí todas mis malas materias.
12. Y yo fui por encima de todas mis malas materias gracias a tu luz y a la
emanación de tu luz.
13. Y confié en tu luz y la emanación pura de tu luz me socorrió.
14. Y los enemigos que me atormentaban fueron alejados de mí.
15. Y éste es el cántico que elevó la fiel Sabiduría
cuando fue libertada de los lazos del caos.
16. Y que oiga el que tenga oídos para oír.
17. Y cuando el primer misterio hubo acabado de decir estas palabras, Tomás
se adelantó, y dijo: Señor, mis oídos han recibido la
luz.
18. Y mi inteligencia comprende las palabras que has dicho. Permíteme
interpretar las palabras de la Sabiduría fiel.
19. Y el primer misterio se dirigió a Tomás, y dijo: Yo te permito
interpretar el himno que me dirigió la fiel Sabiduría.
20. Y Tomás dijo: Señor, respecto al himno que te dirigió la
Sabiduría fiel cuando fue libertada del caos, tu fuerza de luz ha profetizado
por boca de Salomón, hijo de David, cuando dijo en su oda: He sido libertado
de las cadenas que me amenazaban.
21. Y he ido hacia ti, Señor, porque tú eres la mano que me ha
protegido y defendido, asistiéndome contra los que me combatían.
22. Y ellos no han aparecido, porque tu faz estaba conmigo y me defendía
por un efecto de tu gracia.
23. Y he sido golpeado y vilipendiado y me han desaprobado ante lamultitud.
24. Y he sido como el plomo ante ellos.
25. Mas tu fuerza ha venido a mi socorro, y has puesto lámparas a mi
izquierda y a mi derecha, para que nadie en mi torno careciese de luz.
26. Y tu mano derecha me ha elevado, y me has curado de mi enfermedad.
(No hay versículo 27)
28. Y me he hecho fuerte por tu verdad y por tu justicia.
29. Y los que combatían contra mí han sido alejados.
30. Y he sido justificado por tu bondad en tu reposo para la eternidad de las
entidades.
31. He aquí, Señor, la explicación del cántico
que elevó la Sabiduría fiel.
32. Y el primer misterio, luego que oyó las palabras de Tomás,
le respondió: Está bien, Tomás.
33. Y grande es tu bienaventuranza, que ésa es la explicación
del himno que dijo la fiel Sabiduría.
XXIII 1. Y el primer misterio continuó hablando así a
sus discípulos:
2. La Sabiduría fiel me elevó otro himno, diciendo: Yo he levantado
mi voz hacia ti.
3. Porque tú me has retirado de la región elevada de los eones
que está encima del cielo y me has conducido a las regiones inferiores.
4. Y me has sacado de las regiones inferiores y has quitado la materia que
había en mis fuerzas.
5. Y has alejado de mí las emanaciones del triple poder que me atormentaban
y eran mis enemigos.
6. Y me has prestado tu ayuda para que yo pudiese librarme de las cadenas de
Adamas y para que pudiese vencer al basilisco de siete cabezas.
7. Y los has destrozado por mis manos y me has puesto encima de su materia.
8. Y los has destruido para que su raza no resurja.
9. Y has estado conmigo dándome fuerza, y tu luz me ha envuelto por
todas partes, y has hecho impotentes las emanaciones del triple poder.
10. Porque has arrebatado la fuerza de su luz.
11. Y has dirigido mi camino para sacarme del caos y me has hecho salir de
las tinieblas materiales.
12. Y has retirado todas mis fuerzas del poder de aquellos a quienes tú has
arrebatado la luz.
13. Y has puesto en mis fuerzas una luz pura, y a todas las partes de mi ser
que no tenían ninguna luz les has dado una luz pura que proviene de
las regiones superiores.
14. Y la luz de tu faz se ha convertido en mi vida.
15. Y me has vuelto a llevar encima del caos, para que todas las materias que
hay en sus regiones sean disueltas.
16. Y para que tu luz renueve todas mis fuerzas y esté en todas ellas.
17. Y has puesto en mí la luz de tu emanación me he convertido
en una luz purificada.
18. Éste es el segundo himno que dijo la fiel Sabiduría. Y que
el que entienda este cántico avance para dar su explicación.
19. Y cuando el primer misterio hubo terminado de decir estas palabras, Mateo
se adelantó y dijo: Yo conozco la explicación del himno que elevó la
Sabiduría fiel. Permiteme exponerlo con toda claridad.
20. Y el primer misterio contestó: Te lo permito, Mateo. Danos la explicación
del himno que pronunció la fiel Sabiduría.
21. YMateo dijo: La explicación del himno que dijo en segundo lugar
la Sabiduría fiel está profetizada por tu fuerza de luz en una
de las odas de Salomón.
22. Él me ha llevado a los lugares situados por encima del cielo.
23. Y me ha llevado a los sitios que están en los cimientos inferiores.
24. Y ha dispersado a mis adversarios y enemigos.
25. Y me ha dado el poder de romper mis cadenas y ha vencido, por mis manos,
a la serpiente de siete cabezas.
26. Y me ha puesto sobre su raíz, para que yo destruyese su raza.
27. Y tú estabas conmigo, Señor, y me protegías, y tu
nombre era conmigo en todo lugar.
28. Y tu claridad ha destruido la visión del que habla perversamente.
29.Mas tu mano ha tapizado el camino para los que te son fieles.
30. Ylos has rescatado del sepulcro y los has conducido por en medio de los
cadáveres.
31. Y has recogido los huesos de los muertos, y los has revestido de carne,
y has dado a los que nada sentían la energía y la vida.
32. Y has llevado a los eones a su perdición, para que fuesen destruidos
todos, y para que renaciesen nuevamente y tu luz fuese doblada por todos ellos.
33. Y has construido tu riqueza mediante ellos y los has convertido en la residencia
de tus santos.
34. He aquí, Señor, la explicación del himno dicho por
la fiel Sabiduría.
35. Ycuando el primer misterio oyó las palabras que había pronunciado
Mateo, dijo: Está bien, Mateo amado.
36. Porque ésa es la explicación del himno que elevó la
Sabiduría fiel.
XXIV 1. Y el primer misterio, continuando su discurso, dijo: La
Sabiduría elevó en seguida otro himno.
2. Y dijo: Tú eres la luz alta que me has librado y me has conducido
hacia ti.
3. Y no has dejado que las emanaciones del triple poder me despojasen de mi
luz.
4. Ellas son mis enemigos, ¡oh luz de las luces! Yo elevo mis cánticos
hacia ti.
5. Tú me has libertado, luz; tú has elevado mi fuerza en el caos.
6. Yme has librado de aquellos que descienden en las tinieblas.
7. He aquí las palabras que pronunció la Sabiduría fiel.
El que comprenda su sentido adelántese y dé una explicación.
8. Y cuando el primer misterio hubo dicho estas palabras a sus discípulos,
María se adelantó.
9. Ydijo: Señor, yo comprendo lo que tú acabas de decirnos.
10.Mas temo a Pedro, porque me asusta, y sé el horror que tiene por
nuestro sexo.
11. Y cuando María hubo hablado así, el primer misterio le dijo:
Nadie podrá enojarse contra quien, sintiendo iluminada su inteligencia,
se adelante para explicar las cosas que yo digo.
12. Da, pues, María la explicación de las palabras que pronunció la
Sabiduría fiel.
13. Y María, contestando al primer misterio, dijo en medio de los discípulos:
Señor, tu fuerza de luz ha profetizado por boca de David las palabras
de la Sabiduría fiel.
14. Porque dijo: Yo te exalto, Señor, porque tú me has recibido
en ti.
15. Y porque has salvado a aquellos que descendían a sus tumbas.
16.Ycuando María hubo hablado de este modo, el primer misterio dijo:
Bienaventurada eres, María.
17. Y prosiguió hablando y dijo a sus discípulos: La Sabiduría
fiel pronunció muy luego este otro himno:
18. La luz ha sido mi libertadora y ha cambiado mis tinieblas en luz.
19. Y ha abierto el caos que me envolvía y me ha ceñido de luz.
20. Y cuando el primer misterio hubo pronunciado tales palabras, Marta se adelanté y
dijo: Señor, tu fuerza ha profetizado esto por boca de David.
21. Diciendo: Yo te loaré, Señor, porque tú me has recibido
en ti.
22. Ycuando el primer misterio oyó las palabras de Marta dijo: Está bien,
Marta.
23. Ysiguió dirigiéndose a sus discípulos y les dijo:
La Sabiduría fiel siguió recitando himnos.
24. Y dijo: Mi fuerza ensalza las alabanzas de la luz.
25. Y no olvida las fuerzas de la luz y todas las fuerzas que hay en ti.
26. Yo elevo un himno al santo misterio que me ha remitido todas mis faltas.
27.Porque me ha protegido contra todas las aflicciones con que mis enemigos
me herían.
28. Y ha librado mi luz de todos los perseguidores, que encarnizadamente me
ofendían.
29. Ysu misericordia te ha dado, ¡oh fuerza mía!, una corona de
luz, y te ha libertado y llenado de una luz pura.
30. Yhabiendo pronunciado estas palabras, dijo el primer misterio: Aquel que
pueda dar la explicación de estas palabras que avance y que la dé con
claridad.
31. YMaría se adelantó y dijo: Señor, tu fuerza de luz
ha profetizado sobre esto, poniendo en boca de David estos términos:
Que mi alma loe al Señor y que cuanto está en mí loe al
Señor.
32. Ycuando el primer misterio oyó las palabras de María, dijo:
Está bien, María: bienaventurada tú eres.
XXV 1. Y siguió hablando el primer misterio y dijo a sus
discípulos: Y conduje a la Sabiduría fiel.
2. Y la llevé a las regiones que están debajo del treceno eón.
3. Y la comuniqué el nuevo misterio de la luz y le di el himno de la
luz, para que los archones de los eones no pudiesen molestar desde aquel punto
y hora.
4. Y la puse en aquel lugar hasta que, yendo a ella, la condujese a su puesto,
que está en las regiones superiores.
5. Y cuando la hube puesto en aquel sitio, ella me elevó otro himno.
6. Y dijo de esta manera: Yo soy fiel a la luz y la alabo, porque se ha acordado
de mí y ha escuchado mis himnos.
7. Y ha sacado mi fuerza del caos y de todas las tinieblas de la materia.
8. Y llevándome a lo alto me ha puesto en una región elevada
y firme.
9. Y me ha puesto en el camino que conduce a mi sitio, y me ha dado el nuevo
misterio y me ha comunicado el himno de la luz.
10. Y ahora, luz, todos los archones verán lo que has hecho conmigo
y así serán temerosos y fieles a la luz.
11. Éste fue el himno que profirió la Sabiduría fiel,
henchida de júbilo al verse sacada del caos, y conducida a la zona que
está debajo del decimotercero eón.
12. Y que aquel cuya inteligencia comprenda el himno dicho por la fiel Sabiduría
se adelante para explicarlo.
13. Y Andrés se adelantó. Y dijo: Señor, tu fuerza de
luz profetizó este punto por boca de David, haciendo que dijera: El
Señor ha escuchado mi plegaria y ha sacado mi alma de la tumba.
14. Y cuando Andrés hubo dado la explicación de las palabras
de la fiel Sabiduría, el primer misterio le dijo:
Bienaventurado eres, Andrés.
15. Y siguió hablando y dijo a sus discípulos: estas son las
cosas que sucedieron a la Sabiduría fiel.
16. Y cuando la hube llevado a las regiones que están bajo el treceno
eón, habiéndome aproximado a la luz, me dijo: La luz de las luces,
vuelve hacia ti la luz y sepárate de mí, para que el tirano Adamas
sepa que tú estás separado de mí.
17. Y para que ignore quién debe libertarme.
18. Porque han venido hacia mí en esta región él y todos
los archones que me odian.
19. Y el triple poder que dio la potencia a la fuerza con rostro de león,
para que viniesen a atormentarme.
20. Y para que me arrebatasen mi luz y así quedase yo sin potencia y
me viese privada de toda luz.
21. Luz y luz mía, quítales la fuerza de su luz, para que no
puedan afligirme más desde ahora.
22. Y cuando escuché las palabras que decía la Sabiduría
fiel, le respondí: Mi padre que me ha creado no me ha permitido aún
quitarles su luz.
23. Mas yo irradiaré mi luz en todas las regiones del triple poder y
de todos los archones que te odian, porque tú has sido fiel a la luz.
24. E irradiaré mi luz en las regiones de Adamas y de sus archones,
para que no tengan fuerza para combatir contra ti.
25. Hasta que su tiempo se cumpla y hasta que llegue el momento en que mi Padre
me permita arrebatarles su luz.
26. Y le dije aun: Escucha, y te haré conocer cuándo llegará su
tiempo y el cumplimiento de las cosas que te he dicho.
27. Ellas ocurrirán cuando tres tiempos hayan sido cumplidos.
28. Y la Sabiduría fiel me respondió: Luz, haz que yo sepa cuándo
serán cumplidos los tres tiempos.
29. Para que yo me regocije y sea en el gozo cuando se acerque el momento en
que debes conducirme al lugar que me está reservado.
30. Y para que me regocije también cuando se aproxime el tiempo en que
tú quitarás la luz a cuantos me odian porque he sido fiel a la
luz.
31. Y yo le repliqué: Cuando tú veas abrirse la puerta del tesoro
de la gran luz, que está a la izquierda del treceno eón.
32. Porque cuando ellos hayan abierto esta puerta, los tiempos serán
cumplidos.
33. Y la Sabiduría contestó: Luz, estando en los lugares en que
estoy, ¿cómo sabré que esa puerta se ha abierto?
34. Y yo le respondí: Cuando se abra esa puerta, todos aquellos que
están en las regiones del espacio lo sabrán porque una gran luz
se expandirá en todas sus regiones.
35. Y yo he dispuesto esas puertas para que tus enemigos no puedan hacerte
ningún mal hasta que los tres tiempos sean cumplidos.
36. Y tendrás la facultad de ir entre los doce eones cuando tú quieras
y de volver a tu lugar, debajo de la trecena región de los eones, en
el que estás ahora.
37. Mas no tendrás la facultad de entrar por la puerta de las regiones
superiores, que está en el decimotercero eón, para entrar en
tu lugar, de donde tú has salido.
38. Y cuando los tres tiempos sean cumplidos, tus enemigos te atormentarán
de nuevo con todos sus archones para quitarte la luz.
39. Porque estarán irritados contra ti, creyendo que tú te has
apoderado de su fuerza en el caos y pensando que tú les has quitado
su luz.
40. Y te acometerán para arrebatar tu luz, para ponerla en el caos y
darla a sus criaturas, a fin de que puedan salir del caos y venir a su región.
41. Y Adamas los asistirá. Mas yo les quitaré todas sus fuerzas,
y te las daré, y vendré para que tú las tomes.
42. Y cuando te atormenten, eleva un himno a la luz y yo no diferiré el
darte mi ayuda.
43. Y vendré prontamente hacia ti desde los lugares que están
bajo ti.
44. Y les quitaré toda su luz y, del lugar en que te he colocado, debajo
de la decimotercera región de los eones, te conduciré al lugar
de que has salido.
45. Y cuando la Sabiduría fiel hubo oído estas palabras, se regocijó sumamente.
46. Y dejándola en la región que está debajo de la decimotercera
región de los eones, me separé de ella y fui hacia la luz.
XXVI 1. Y cuando el primer misterio contó a sus discípulos
cuanto había sucedido a la Sabiduría fiel, estaba
en el Huerto de los Olivos y era allí donde les contaba
estas cosas.
2. Y prosiguió hablando y dijo: Y ocurrió que estaba yo sentado
en el mundo de los hombres.
3. Y estaba sentado en el camino que conduce a este lugar, es decir, al monte
de los Olivos.
4. Y esto éra antes que se me hubiese enviado mi investidura, de la
que yo me revestí en el misterio veinticuatro.
5. Y no había ido aún a las regiones superiores a recibir mis
dos vestes.
6. Y estando sentado junto a vosotros en este lugar, que es el Huerto de los
Olivos, el tiempo que yo había marcado a la Sabiduría fiel se
cumplió.
7. Y cumplido ese tiempo, Adamas, con todos sus archones, debía atormentarla.
8. Y cuando ese tiempo fue cumplido yo estaba en el mundo de los hombres.
9. Y estando yo con vosotros en este lugar, Adamas miró de lo alto de
los doce eones a la región del caos.
10. Y vio su fuerza, que estaba en el caos falta de luz. Porque yo le había
quitado su luz.
11. Y vio que estaba obscura, y que no podía ir a su lugar, que está en
los doce eones.
12. Y Adamas se acordó de la Sabiduría fiel y se irritó extremadamente
contra ella.
13. Porque pensó que ella se había apoderado de su fuerza en
el caos y le había quitado su luz.
14. Y tomó con él una multitud de archones y persiguieron a la
Sabiduría para arrojarla en el caos.
15. Y ella elevó su luz hacia mí, implorando mi ayuda.
16. Y dijo: Luz de las luces, yo pongo mi confianza en ti.
17. Líbrame de mis enemigos y no permitas que me arrebaten mi luz.
18. Eleva mis fuerzas por encima de mis enemigos, que se han declarado contra
mí y me persiguen sin tregua.
19. Apresúrate y socórreme, según me lo has prometido.
20. Y cuando el primer misterio hubo dicho estas palabras, añadió:
Que el que comprenda las palabras de la fiel Sabiduría se adelante para
dar su explicación.
21. Y Jacobo se adelantó y dijo: Señor, tu fuerza de luz profetizó acerca
de esto cuando puso en boca de David las palabras de su séptimo salmo.
22. Señor Dios, yo creo en ti. Protégeme contra mis perseguidores.
23. Y cuando el primer misterio hubo escuchado estas palabras, dijo: Así es,
amado Jacobo.
24. Y Jesús continuó hablando. Y dijo: Ocurrió que, cuando
la Sabiduría fiel concluyó aquel himno, se volvió para
ver si Adamas se marchaba con sus archones.
25. Y vio que la perseguían y se volvió hacia ellos.
26. Y les dijo: ¿Por qué me perseguís? ¿Porque
creéis que no recibiré ningún socorro que me libre de
vosotros?
27. Porque quien me defiende es justo.
28. Y su luz es potente y él me defenderá en el tiempo que me
ha marcado.
29. Porque me ha dicho: Yo vendré para socorrerte.
30. Y él extenderá su cólera sobre vosotros en todo momento.
Porque éste es el tiempo que él me ha fijado.
31. Volved atrás y dejad de perseguirme. Porque si no, la luz preparará su
fuerza.
32.. Preparará todas sus fuerzas, y os quitará vuestra luz, y
vosotros quedaréis en la obscuridad.
33. Porque ha procreado sus fuerzas para arrebatar vuestra luz con objeto de
que perezcáis.
34. Mas cuando la Sabiduría fiel habló así, miró a
la región de Adamas.
35. Y vio aquella región en tinieblas y el caos procreado por él.
36. Y vio también dos próbolos obscuros y crueles que Adamas
había procreado para que asiesen a la fiel Sabiduría.
37. Y para que la condujesen al caos que él procreó y la atormentasen
allí hasta quitarle su luz.
38. Y cuando la Sabiduría fiel vio aquellos dos próbolos obscuros
y crueles que Adamas había procreado, y la región tenebrosa del
caos que él procreó, quedó sumida en espanto.