From: http://www.elnorte.com/ciencia/articulo/637875/
París, Francia (17 mayo 2006).- Los antepasados del ser humano y de los chimpancés se mezclaron durante millones de años antes de ambas especies se separaran definitivamente, revela un estudio que será publicado por la revista Nature.
Según el trabajo de los científicos estadounidenses dirigidos por David Reich, de la Harvard Medical School de Boston (Massachusetts), las dos ramas se separaron hace 6.3 millones de años como máximo, e incluso hace menos de 5.4 millones de años, lo que no les impidió proceder a intercambio de genes.
Según los científicos, ésto es perceptible sobre todo respecto a los cromosomas X, o sea los cromosomas sexuales femeninos, cuyas semejanzas parecen reflejar una prolongada nueva mezcla entre las dos ramas.
La separación definitiva se habría producido sólo al cabo de un periodo de "mestizaje" de unos cuatro millones de años.
"El estudio dio resultados inesperados sobre la manera como nos separamos de nuestros parientes más cercanos, los chimpancés. Hemos constatado que la estructura de la población que existió alrededor del periodo en que se produjo la aparición de nuevas especies era diferente de cualquier población moderna de monos", dice la publicación.
"Algo muy particular debió ocurrir en ese momento", resumió David Rech en un comunicado que acompaña el documento científico.
Según los investigadores, los resultados obtenidos cuestionan el estatuto de homínidos que se dio a los más lejanos antepasados del hombre, como el Sahelantropo (alias Tumai), de 6 a 7 millones de años de antigüedad, el Orrorín, conocido como el "antepasado del milenario", o aún el Ardipiteco, de unos 5.5 millones de años.
Hay que notar que el enigma sobre los orígenes del chimpancé sigue siendo completo.
Contrariamente a los antepasados del hombre, que han dejado numerosos fósiles, ninguna osamenta, aparte algunos dientes, directamente atribuidas a los primeros chimpancés (e incluso a gorilas), ha sido hallada hasta ahora.
Por otra parte, la secuencia completa del conjunto de genes contenido en los cromosomas (genoma) del chimpancé tampoco ha dado las indicaciones esperadas.
Junto con aportar numerosos datos, este trabajo colectivo, publicado el año pasado, confirmó que las dos especies son genéticamente idénticas en un 99 por ciento, sin permitir definir lo específico del ser humano.