Bautistas

 1. Definición y génesis histórica

Los bautistas se definen a sí mismos como una agrupación numerosa de creyentes cristianos evangélicos, quienes se han unido voluntariamente en multitud de iglesias locales, recono- ciendo a Jesucristo como el Salvador del alma y el Señor de la vida. Los bautistas no tienen ninguna organización eclesiástico- jerárquica, ni admiten a ningún individuo como jefe. Afirman que los lazos que les unen son de índole doctrinal, de naturaleza espiritual y de propósito evangelizador y misionero. No reclaman para sí el argumento de la "sucesión apostólica"; tampoco una ininterrumpida y visible continuidad histórica. No se autodenominan una Iglesia Bautista Mundial, con una sede central que imparta directivas, leyes y órdenes. Estadísticas recientes indican que hay más de 34 millones de bautistas en todo el mundo, todos bautizados y miembros de iglesias locales. En sus estadísticas no incluyen a los niños ni a los adultos no bautizados. Es en los Estados Unidos donde se encuentra el mayor número de bautistas, hay más de 29 millones de miembros bautizados. Forman varias Convenciones, siendo la más numerosa la de los Bautistas del Sur, que cuenta con unas 35.000 iglesias locales y, actualmente, con más de 14.000.000 de adeptos. Los bautistas están también presentes en muchos países. Por ejemplo, en Rusia hay 535.000; en la India, 734.203; en Inglaterra, 260.854, en Brasil más de 500.000 y en Canadá, 188.774. 16 ¿Quiénes Son los Bautistas? 17 Los bautistas no se dieron ese nombre a sí mismos. Les fue dado como apodo por los que no estaban de acuerdo con ellos. Primero fueron llamados anabautistas, término que significa "rebautizadores", por el hecho de que, a raíz de la Reforma Protestante en el siglo XVI, hubo algunos disidentes de la Iglesia Católica y de la Iglesia Luterana, especialmente en Suiza, quienes enseñaron el bautismo sólo de creyentes adultos y especialmente por el modo de inmersión. Para sus opositores, la doctrina y la práctica del bautismo fue el aspecto prominente de esa agrupación religiosa. Con el tiempo y hasta el día presente, se les identifica como bautistas, término que ellos han llegado a aceptar como propio, como un distintivo. Sin embargo, no admiten que el bautismo sea su doctrina principal ni exclusiva.

II. Cuerpo de doctrinas características

Los bautistas se consideran a sí mismos no propiamente como un grupo disidente de alguna "iglesia oficial", sino más bien como una comunidad cristiana evangélica de origen y carácter neotestamentario y que predica no sólo una doctrina en particu- lar, sino "todo el consejo de Dios" (Hch. 20:27). Ellos ponen énfasis en la iglesia local, como el grupo físico y numérico que lleva adelante la realización de la obra cristiana "en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra" (Hch. 1:8). Ponen también énfasis en que: Las iglesias deben estar formadas por creyentes regenerados. La capacidad natural del individuo, de creer en Dios, de conocer la verdad y de escudriñar las Sagradas Escrituras. El sacerdocio de todos los creyentes. El señorío de Cristo y la mayordomía cristiana de la vida. La separación de la iglesia y el Estado. La libertad religiosa para todos. En consonancia con tales principios, los bautistas se dedican principalmente a tres ministerios: (1) la proclamación del evangelio; (2) el discipulado cristiano; (3) la obra misionera. Para cumplir con este triple ministerio, se comprometen, además, enmúltiples actividades y diversas instituciones de proyección social, cultural y moral. Su doctrina respecto del bautismo es la siguiente: el bau- tismo es una ordenanza instituida por Jesucristo, que simboliza la muerte, sepultura y resurrección espiritual de los creyentes en Jesús. Debe ser administrada por un ministro ordenado del evangelio, con la autorización de una iglesia local, y empleando la fórmula trinitaria de "en el nombre del Padre, y del Hijo, y del EspífPtu Santo" (Mt. 28:19). El bautismo no salva, sino que es un testimonio y un acto de obediencia del que ya está salvo por Cristo. El bautismo es por inmersión y se deben bautizar únicamente las personas -hombre o mujer- que han tenido la experiencia espiritual del nuevo nacimiento y quienes por fe y voluntariamente se hacen discípulas del Señor Jesús.